Las investigaciones acreditan que el conocido «cuadro perdido de Caravaggio» procedía de la Colección Real

«Ecce Homo» supuestamente de Caravaggio. Fue retirado de una subasta y declarado inexportable por el Gobierno

MADRID, ESPAÑA- A finales del pasado mes de julio se dio a conocer un primer informe científico para adjudicar la autoría de un «Ecce Homo» al pintor Miguel Ángel de Merisi, Caravaggio. Este Cehomo según adelantó la revista ARS Magazine formó parte de las Reales Colecciones. Las mismas fueron esquilmadas durante los luctuosos acontecimientos de principios del siglo XIX.

En abril del corriente año la casa de subastas Ansorena de Madrid sacaba a la venta un lienzo propiedad de la familia Pérez de Castro Méndez con un exiguo precio de salida de 1500 euros. La obra fue retirada antes de la subasta, ya que el Ministerio de Cultura de España la declaró inexportable a instancias de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación. Con esta medida se impide la salida de la obra allende la frontera española, a lo que se añade que ha sido declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. Con estos antecedentes se iniciaron los proyectos de investigación para determinar su autoría y trayectoria desde que salió del taller artístico del pintor.

La adquisición de la pintura por parte de la familia Pérez de Castro Méndez se remonta a 1823 cuando su antepasado Evaristo Pérez de Castro la permutó a cambio una obra de Alonso Cano en beneficio de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El señor Evaristo Pérez de Castro era un coleccionista que hizo su carrera como miembro primero de la Real Academia Española de la Lengua Castellana, y después como político liberal y redactor de la Constitución de 1812.

Varios especialistas, como publica Investigart, rastrean su origen en un inventario que trajo el II Conde de Castrillo y Virrey de Nápoles a Castilla entre 1657 y 1659 donde se dice: «Eccehomo de zinco palmos con marco de evano con un soldado y Pilatos que le enseña al Pueblo es original de Micael Angel Caravacho». Al parecer fue regalado al rey Felipe IV junto a la obra «Salomé con la cabeza del Bautista» del mismo autor. Aunque en el inventario de 1666 del Real Alcázar habla de una obra parecida pero atribuida a «Jerardo» (Gerard van Honthorst). Posteriormente saldría para decorar las piezas reales del Real Palacio de la Casa de Campo. Y también se lo describe en los concursos hechos para las testamentarías de Carlos II y Carlos III. En la primera mención no aparece asociado el autor, pero si su descripción y dimensiones. En la segunda ocasión en que se hace referencia al cuadro, figura su descripción, dimensiones y autor: «Carabajio» escribieron Bayeu, Goya y Jacinto Gómez pintores de cámara y censores del mismo.

Ahora bien, aunque ha existido la sospecha de que la pintura formara parte del conjunto de bienes incautados a Godoy, razón por la que habría acabado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, lo más probable es que fuera uno de los objetos incluidos en el latrocinio encabezado por José Bonaparte y sus secuaces, que finalmente habría causado su llegada a ese depósito. De ahí que Pérez de Castro aprovechase para el cambio o permuta que se ya se ha mencionado. Suscriben esta teoría Guillermo Altares (@galtares) y Ana Marcos (@anitamarcos) para El País, al ignorar su origen la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Las investigaciones siguen abiertas y la restauración aportará más luz sobre el periplo de la pintura. En definitiva, es lamentable que este cuadro sea uno de los millares de casos que manifiesten la barbarie sufrida por España durante el s. XIX de la que su Familia Real no fue ajena sino una víctima.

Agencia Faro, Círculo Tradicionalista General Lirio y Burgoa de Valladolid. G. Miranda