Una Panamá «precarista»

EFE

PANAMÁ La crisis causada por la pandemia ha provocado que muchas personas pierdan su hogar. Antes de la llegada del coronavirus, Panamá ya vivía una recesión, auspiciada por la administración del expresidente Juan Carlos Varela. Esto impulsa a muchas personas sin recursos a realizar a prácticas desesperadas para procurarse una vivienda. Entre estas prácticas, está lo que se denomina «precarismo».

El precarismo es una clase de ocupación. Consiste en allanar una propiedad e instalarse en ella. Los precaristas o invasores no son personajes nuevos en la historia de la Panamá republicana. Es algo común entre sectores de escasos recursos económicos, familias pobres que se instalan donde pueden. El producto de una injusticia política.

Pero también es el modus vivendi de los que en Panamá llamamos «juegavivo». Es una artimaña de personas aprovechadas, que buscan cualquier oportunidad de lucrarse. En este sentido, el precarismo es una lacra económica. Los precaristas ocupan unos terrenos ajenos para apropiarse deshonestamente de ellos, dañando al propietario y beneficiándose a su costa.

El desempleo se ha disparado ante el brote del nuevo coronavirus y las medidas de «bioseguridad» adoptadas por la autoridad. Esto ha provocado que muchas personas pierdan su hogar. La necesidad de muchos desamparados los ha empujado a reunirse en comunidades informales. Usualmente invadiendo terrenos del Estado, a veces incluso propiedad privada. El ejemplo más señalado es el «barrio Victoriano Lorenzo», bautizado con el nombre de un caudillo y guerrillero liberal panameño.

Estas personas se han enfrentado a la pérdida de sus empleos y la sacudida económica. Ante la incapacidad de pagar las rentas y después de ser desalojados, recurrieron a la práctica de la invasión de terrenos. De este modo, se aseguraron desesperadamente un terreno propio donde al menos vivir bajo.

FARO/Círculo Tradicionalista Nuestra Señora de la Asunción de Panamá. P. E. Regno