Mes de María. Día 3: la nomeolvides

Tú eres la Omnipotencia suplicante y a ti nada te niega la Trinidad

La nomeolvides para Nuestra Señora del Olvido

Nomeolvides: vídeo

Esta mañana, desde temprano, tenía muchos mensajes que me pedían que a ti, Madre mía, pidiera por sus intenciones y necesidades. «Que mi madre se cure pronto y deje el hotel medicalizado;  que un abuelo se recupere, pues también está infectado (*). Mi hermano esta en la UCI y no puede ser intubado.  Mis niños están malitos de tanto estar encerrados. A mi familia le está faltando el pan: ya no me dejan trabajar. ¿Qué hago yo con mis hijos, pues del trabajo me han echado y no me alcanza con el paro? Mi fe está flaqueando, el templo está cerrado y no puedo ir a rezar. Padre, ¿cuándo me podrá confesar? Que el rebaño se dispersa y los pastores no sabemos donde están. Por el alma de mi amigo, de mi padre o de mi hermano y por tantos que estos días nos han ido dejando».

Luego abrí los Evangelios, y tomando a San Juan, en el capitulo dos leí: «Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la Madre de Jesús estaba allí.  Jesús también fue invitado con sus discípulos.  Y como faltaba vino, la Madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús le respondió: “Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía”. Pero su Madre dijo a los sirvientes: «Haced todo lo que él os diga”». 

Y cómo continúa la historia, lo conocéis de memoria.

Al dar una vuelta por el campo, encontré a la vera del camino, en profusa constelación, esparcidas sobre nubes de un verde lozano, muchas migajas de cielo, donde las abejas encuentran polen para su miel, y mi alma, para mi oración, inspiración también. Recogí un ramillete de nomeolvides por cada pedido de oración y me acerqué hasta tu imagen confiando en tu intercesión; porque lo mismo que ayer en Caná, también intercedes hoy. Tú eres la Omnipotencia suplicante y a ti nada te niega la Trinidad, porque eres Hija del Padre, Madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo.

«A tus santos pies, dulcísima Virgen María», pongo todas las intenciones en un ramillete de nomeolvides, y para que siempre las tengas presentes, con San Bernardo voy a rezar: el Acordaos.

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado de Vos. Animado por esta confianza, a Vos acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

Padre José Ramón García Gallardo, Consiliario de las Juventudes Tradicionalistas


(*) N. de la R.: Este texto se escribió durante el confinamiento decretado por los gobiernos en el año 2020.

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