En la mañana del domingo 30 de marzo apareció mutilada y quemada la imagen de Cristo Rey que desde el día anterior presidía el Morro de Tulcán de Popayán (Cauca). La estatua del Redentor había sido ubicada sobre el pedestal que servía de base para la estatua de Sebastián de Belalcázar, derribada por los misak en 2020.
Hasta el momento se desconocen el motivo y los autores del sacrilegio, pero puede que guarden relación con el odio que por la religión católica tiene el indigenismo neopagano que considera sagrado dicho lugar, famoso además por ser un sitio de expendio y consumo de drogas.
Agencia FARO, Colombia.
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