Segunda vuelta presidencial en Ecuador 2025: resultados y contexto político

El correísmo y el noboísmo representan dos tendencias enfrentadas que mantienen dividida a la ciudadanía ecuatoriana

El domingo de ramos, 13 de abril del 2025, se llevó a cabo la segunda vuelta presidencial de las elecciones generales de la Republica de Ecuador para el periodo 2025-2029.

De 13.661.029 electores habilitados para sufragar, solo 11.357.517 ecuatorianos acudieron a las urnas. Se abstuvieron 2.303.512 personas, por lo que la abstención fue menor comparada con la primera vuelta, cuando fue mayor.

El presidente-candidato Daniel Noboa Azin del Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN7) y Luisa González Alcívar del Movimiento Revolución Ciudadana (RC5), se enfrentaron por segunda vez en este balotaje.

Con el más del 99% de acta escudriñada, el ganador de esta elección fue Noboa que logra reelegirse para un nuevo periodo de gobierno por 4 años con un resultado de 55%. En cambio, González quedó en segundo lugar con un 44%. En esta ocasión hubo menos ausentismo y votos nulos y blancos ocuparon un 6% de sufragios emitidos.

A pesar de que existe una ley que obliga al jefe de Estado a pedir licencia y renunciar a su cargo para postularse a una nueva candidatura, Noboa pasó por encima de esta y otras normativas, como la de no encargar la presidencia a su binomio, Verónica Abad, cuya relación con él ha sido compleja. Incluso se llegó a intentar alejarla de su cargo e incluso reemplazarla por otra funcionaria para que ocupara su puesto.

Los más sorprendidos por las acciones del ahora reelegido presidente —quien violó la institucionalidad para alcanzar sus objetivos, como su candidatura presidencial— han sido los miembros del movimiento Revolución Ciudadana, también conocido como el correísmo. Sin embargo, parecen olvidar que ellos fueron los artífices del actual régimen constitucional de 2008 y que, durante su década en el poder, llevaron a cabo acciones similares en este y otros casos cuestionables, los cuales abordaremos en un futuro reportaje.

El triunfo de Noboa no se debió únicamente a sus méritos personales, ya que su gobierno, que duró casi 18 meses, dejó una mala impresión debido a escándalos de corrupción, a romper la institucionalidad y a las deficiencias en la gestión de las crisis que aún afectan al país. Además, el respaldo del sector político conservador —al menos en su mayoría— fue crucial para evitar el triunfo de la candidata del correísmo, con el fin de lograr sus intereses partidistas e ideológicos.

Pese a que el Consejo Nacional Electoral proclamó como presidente electo a Daniel Noboa, Luisa González, su movimiento político e incluso el propio líder, el expresidente Rafael Correa —autoexiliado en Bélgica—, alegan que hubo fraude y manipulaciones en el conteo de votos. Han anunciado que impugnarán los resultados para exigir un recuento, a pesar de que otros miembros de su movimiento, que ocupan cargos como autoridades en algunas ciudades y provincias del país, ya han reconocido el triunfo de Noboa.

El correísmo y el noboísmo, además de ser dos fuerzas políticas que competirán por el control del próximo parlamento legislativo, representan también dos tendencias enfrentadas que mantienen dividida a la ciudadanía ecuatoriana. Ambas corrientes encarnan, cada una a su modo, la decadencia política y social que atraviesa el Ecuador.

Agencia FARO, Ecuador

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