El Rey Don Jaime III en Colombia

S. M. C. Don Jaime III con uniforme de Húsares de Grodno

«Embarcó en abril [de 1920] en el puerto de Burdeos en el vapor Haití y después de una corta escala en Santander, donde pasó desapercibido, el buque emprendió la travesía del Atlántico desde Azores, habiendo desembarcado unas horas en Funchal. Llegó el 15 de mayo a Barranquilla y de allí pasó a Jirocasaca, y el 30 de mayo estuvo en Santa Marta. Aunque el viaje se hacía de rigurosísimo incógnito, sin publicidad alguna, y casi sin preparativos, se enteraron los españoles residentes en Colombia de la presencia del Rey legítimo de España y comenzaron las atenciones y agasajos en todas partes. Remontando el río Magdalena don Jaime estuvo en Bogotá donde su presencia fué conocida. El presidente don Marco Fidel Suárez le recibió, y habiendo intimado, don Jaime le dió, como también a su Gobierno “toda suerte de consejos, suplicándoles que se mostraran más recelosos en interés de su país”. Entre otras poblaciones de Colombia visitó Medellín. Como en todos los sitios fué recibido con atenciones. En los círculos aristocráticos se le recibía a los acordes de la Marcha Real y del Guernikako Arbola. Y su casa o residencia tenía que ser custodiada por la fuerza pública ante la acumulación de españoles y colombianos que deseaban prestarle homenaje. Incluso en Bogotá la Legación Española, dió una fiesta en honor de don Jaime.

En Medellín recibió la visita del Arzobispo don Manuel José Cayzedo. […]

La excursión por Colombia tenía por objeto conocer las probabilidades del comercio del café, al que habían invitado a entrar a don Jaime. No quedó defraudado de este asunto e invirtió algún capital.

Muchas otras poblaciones visitó de Colombia, entre ellas Rosario […].

Don Jaime embarcó para Europa en un buque de la United Fruit Co.

A su regreso a París visitamos juntos la Exposición Colonial Francesa. Y recuerdo que todo el tiempo estuvo recordando y comparando lo que veía con lo que acababa de conocer en Colombia. Así no pudo extrañarme leer que en sus memorias escribiera: “Regresé a Europa entusiasmado, la memoria llena de recuerdos de aquel país, hospitalario como pocos, y deseando volver”».

Extracto de Historia del Tradicionalismo Español, de don Melchor Ferrer.