El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, ha firmado un decreto por el que suspende las procesiones de Semana Santa, así como todos los actos y manifestaciones de culto organizados en la vía pública para el año corriente.
El señor obispo ha emitido un comunicado oficial después de consultar a las autoridades civiles y sanitarias, así como a otros miembros implicados de la diócesis. El prelado explica que «se toma esta decisión dados los altos niveles de incidencia de la pandemia {…}, teniendo en cuenta la complejidad organizativa de las manifestaciones externas de la religiosidad popular que tienen lugar en la Cuaresma y la Semana Santa.»
Gil Tamayo recuerda igualmente que «la celebración litúrgica de la Semana Santa no queda suprimida», y ha pedido que los fieles acudan con verdadero espíritu de conversión. Sin embargo, los católicos abulenses tendrán que atenerse a las medidas coercitivas adoptadas para recibir los sacramentos que, desgraciadamente, dañan la Fe y la sacralidad de los mismos.
El Obispo de Ávila menciona en su escrito la recomendación de caridad con el prójimo, pero los fieles de la diócesis abulense observan con tristeza las tendencias voluntaristas en moral, y la sumisión por parte de la jerarquía eclesiástica a las injerencias del poder estatal sobre la manifestación pública de la Santa Religión, única y verdadera.
Las medidas contradictorias y arbitrarias ajenas a la gestión sanitaria adoptadas por parte de la administración nacional y regional están castigando todos los órdenes: el sobrenatural y el natural.
Dentro de este último no se puede olvidar el ámbito social y el económico, pues la suspensión de las procesiones, declaradas de interés turístico internacional, será especialmente negativa en la economía de la llamada comunidad autónoma de Castilla y León. Así que este Círculo y los carlistas castellanos lamentan que sea el señor obispo quien apuntale las medidas que ahondan la descomposición social económica, cultural y moral de Ávila.
Gerardo Miranda, Círculo Tradicionalista Lirio y Burgoa de Valladolid