Cataluña, secuestrada

EFE

En un reciente y tristemente habitual episodio de demencia colectiva, todos los partidos políticos secuestradores del antiguo Principado de Cataluña salieron a pedir de nuevo el voto a los catalanes. Muchos les dieron su voto, aún sin conocer muy bien en qué se diferencian unos programas de otros.

Como resultado, todo continúa como antes, y «triunfa» el separatismo. Porque todos los partidos políticos no sólo se comportan igual, y hablan igual, sino que la ideología en la cual se fundan es idéntica. Debemos entender que el liberalismo, el socialismo, el comunismo, el nacionalismo, y todas sus diluidas variantes, beben de las mismas fuentes erróneas. Fuentes que siempre combatieron nuestros sabios españoles con sus obras, nuestros soldados con sus picas, nuestros reyes con sus leyes, nuestros pueblos con sus costumbres y en definitiva todos nuestros antepasados con su fe y su arraigo.

VOX, Esquerra, el PSOE, Podemos o cualesquiera partidos políticos son actores disfrazados de colores distintos, que tienen una misión en común. Su misión es descomponer aún más el alma de los españoles, secuestrar el gobierno de los pueblos, por odio a la fe Católica y a nuestros antiguos reinos españoles.

Unos partidos políticos, herederos ideológicos de aquellos que nos quitaron en todas partes los fueros de nuestros padres. Partidos que, para seguir ahondando en la corrupción, siguen estrategias que parecen enfrentadas, pero son hermanas. Cataluña tiene la mente y el corazón presos de esa división artificial de la sociedad en bandos.

Por una parte, están unos partidos, llamados a sí mismos españolistas, que borran todas las diferencias de los pueblos españoles, lo que equivale a destruir todas sus particularidades y tesoros de España. Los otros, separatistas, secuestran y deforman aún más brutalmente esa cultura. En el fondo, lo que hacen, es falsificar la historia y construir artificialmente una cultura inventada a su imagen ideológica, enemiga de los demás pueblos hermanos de España y del verdadero Principado de Cataluña.

Esta es la diatriba esencial que se vota a cada rato en ese descarriado lugar, que antaño fue (y realmente sigue siendo) el Principado de Cataluña. En esa trampa mortal se encuentran todos los pueblos, especialmente los españoles. Unos que no tienen ya memoria de sus gloriosas antiguas libertades y estilo de ser; y otros que, engañados, se conducen a odiar a los demás hermanos, y a amar una cultura realmente ajena como propia, artificial y postiza, enemiga de la de sus padres. Y todos nosotros, nos condenamos a vivir en el mundo impuesto por los partidos políticos, no ya enemigos de Dios, sino hasta de la naturaleza de la política y de las más sencillas libertades.

La única solución contra esos partidos es el retorno a una Tradición destruida por ellos. La única solución para que no acabemos todos matándonos entre nosotros o, casi peor, yendo cada rato a escoger entre esas bandas piratas hasta el hundimiento final.

Gabriel Sanz Señor, Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid