
***Publicamos la segunda parte del artículo sobre el intento de invasión de Méjico por parte de los Estados Unidos, relacionado con un incidente relativo a la detención de unas horas a unos marines yanquis y la negativa de un grupo de soldados mexicanos a rendir homenaje a la bandera de las barras y las estrellas. La primera parte se puede leer aquí***
El ataque contra Veracruz fue iniciado sin ninguna declaración de guerra previa, por el buque Praire el 21 de abril de 1914; con cañoneos constantes que apoyaron el desembarco masivo de tropas. Este ataque fue respondido valerosamente por parte de los contingentes de la Escuela Naval, que fue uno de los blancos principales de los bombardeos. Los miembros de la mencionada Escuela tuvieron que improvisar la defensa ante el ataque sorpresivo y alevoso, y a ellos se unió un nutrido contingente de la población civil. Estos sucesos implicaron las muertes heroicas de multitud de mexicanos entre las que destacan las del teniente José Azueta y del cadete Virgilio Uribe. La resistencia no fue suficiente y con el apoyo adicional de los buques Florida y Utah y de varias embarcaciones menores se consumó la toma del puerto en la mañana siguiente.
El objetivo del gobierno de Wilson no era avanzar sobre el territorio del interior, sino ocupar el puerto y disponer de los recursos aduaneros del mismo para así debilitar los ingresos comerciales y armamentísticos del régimen militar y presionar en favor del carrancismo. Cuando el proceso revolucionario se inclinó favorablemente a las huestes constitucionalistas después de la firma de los Tratados de Teoloyucan y la huida de Victoriano Huerta, los estadounidenses decidieron abandonar Veracruz. Al mismo tiempo que se anunciaba una nueva etapa de la contienda revolucionaria entre los leales a Carranza y los seguidores de la Convención de Aguascalientes.
Este episodio es una muestra de la manera en que los Estados Unidos constantemente han influido en los procesos políticos internos tanto de México como de la mayoría de las naciones hispanoamericanas, llegando al extremo de usar la violencia armada en su beneficio. Desde hace doscientos años, Hispanoamérica se ha visto a merced de las potencias anglosajonas protestantes y liberales, elemento que constituye un obstáculo decisivo para que los otrora reinos hispánicos tengan posibilidades de reencontrarse con su raíz plenamente católica.
Austreberto Martínez Villegas, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta.