Necoclí, Colombia, entre migración y geopolítica

AFP

En la región del Urabá dentro del departamento de Antioquía se encuentra un pequeño municipio llamado Necoclí, bañado por las aguas del Caribe. Por desgracia, la estratégica ubicación del municipio no es usada por el Estado Colombiano por el bien de la res publica sino que ha sido abandonado a su suerte. En la región, opera el denominado Clan del Golfo y el narcotráfico trae sufrimiento a la región.

Pero no solo se trafica droga en el Golfo de Urabá. Por desgracia, en los últimos días se ha declarado una crisis migratoria por la cual hay más de 15000 personas estacionadas en el municipio, provenientes de Haití, Ghana y Senegal, a la espera de cruzar a Panamá y emigrar a los Estados Unidos. Según informan los medios, este año más de 33000 personas han pasado por el Urabá en su ruta migratoria.

La sola caridad bastaría para causar indignación, pues los migrantes padecen condiciones insalubres. No obstante, hay un problema que los organismos internacionales no quieren reconocer, la culpabilidad de la política migratoria de los Estados Unidos de América. Sean las fronteras cerradas de Donald Trump o las supuestas fronteras abiertas de Joe Biden todas ellas repercuten en Colombia, pero antes demos un vistazo a la historia.

Hace 120 años, gobernaba en la Casa Blanca un popular personaje de su historia, recordado como un vaquero autor de grandes proezas. Sin embargo, Theodore Roosevelt fue uno de los peores enemigos de la Colombia independiente, siendo el culpable de la pérdida del Istmo de Panamá. Lo que no cuenta es que el otrora departamento era un centro de inmigración al Salvaje Oeste de sus patéticas películas.

No señores, los vaqueros no cruzaron Estados Unidos por tierra, muy pocos lo hicieron. Desde la Costa Este y desde Europa iban en barco hasta Panamá, a la ciudad de Colón donde tomaban un tren que los llevaba a la ciudad de Panamá y allí se embarcaban a California. El ferrocarril transoceánico era propiedad de EEUU, como las zonas circundantes, prohibiéndoles a los militares colombianos y a los liberales panameños —en ese entonces alzados en armas— acceder a ese territorio.

Ellos trajeron soldados para defender el ferrocarril, fomentaron la disensión entre los liberales y los ayudaron a proclamar la independencia de Colombia, para luego traicionarlos y apoderase del nuevo país. Así, gracias a las políticas migratorias y al Sueño Americano, Colombia perdió a Panamá y Panamá perdió a Colombia. Por si fuera poco, se indemniza a la República de Colombia, como si se tratara de una vil compraventa.

Por otro lado, no debe desestimarse la importancia estratégica del Urabá, bien tenida en cuenta por la Corona antes de que se hablase de geopolítica. Los gobernadores de Cartagena y Panamá —que además de gobernadores eran capitanes militares— siempre se procuraron proteger la región contra posibles invasiones y piratas. Durante muchos años se prohibió la navegación por el río Atrato por causa de los contrabandistas, hoy, no se persigue a los contrabandistas y narcotraficantes.

Diócesis de Latina de Apartadó

Diócesis Latina de Apartadó

La Iglesia Católica pareciera prestar mayor atención a la geopolítica que el Estado Colombiano, como se evidencia en la jurisdicción eclesiástica de la Diócesis de Apartadó. Su contraparte civil se divide en dos departamento, el Chocó (Riosucio, El Carmen del Darién, Unguía y Acandí) y Antioquia (los demás municipios, incluido Necoclí). El río que se muestra en el mapa y que separa a Unguía es el Atrato, el mismo que estuvo vigilado por los gobernadores de Cartagena.

Hoy, el contrabandismo es fuerte en el corregimiento de Capurganá, el pequeño punto dentro del municipio de Acandí en la frontera con Panamá. Un aspecto que debe tenerse en cuenta es que esta es una región selvática conocida como el Tapón del Darién sin vías terrestres que la atraviesen, quedando todo el comercio legal e ilegal por aire y agua. La región también es habitada por los indígenas kunas, grandes damnificados por el narcotráfico.

Por si fuera poco, la región destaca también por su importancia histórica, pues allí se fundaron las primeras poblaciones españolas de Tierra Firme. La primera de ellas fue la Villa de San Sebastián de Urabá en las cercanías de Necoclí, al margen oriental del río Atrato. Tras ser abandonada por las inclemencias del clima y las luchas contra los kunas, se fundó Santa María la Antigua del Darién, en las proximidades de Unguía a la margen occidental del Atrato.

 

santa Maria entre 1510 y 1524. Ilustración de Daniela Orrego

Por desgracia, la ciudad no prosperó y los conquistadores cruzaron el Darién y fundaron la ciudad de Panamá, la cual, tras un traslado, se conserva hasta nuestros días. Como se evidencia, la posición estratégica de la región fue descubierta desde principios de la Conquista y posiblemente era conocida por los indígenas, quienes salieron victoriosos por conocer mejor el terreno. 

Muchos años después, hacia 1690, la Compañía Escocesa de las Indias Occidentales intentó colonizar la región. El Proyecto Darién fracasó gracias a los esfuerzos conjuntos de Cartagena y Panamá quienes expulsaron a los colonos protestantes por la fuerza. La colonia se ubicaba en Puerto Inabaginya, en la provincia de Guna Yala en la actual Panamá. El fracaso de la colonia también se debe al desconocimiento del terreno, donde encontraron ventaja españoles e indígenas —aunque algunos prestaron ayuda a los escoceses.

Hoy, cuando los avances médicos y el cese de conflictos con los kuna han permitido asentamiento permanente en el golfo, se esperaría mayor presencia de la Armada de Colombia. Por desgracia, el abandono estatal ha dejado la región a su suerte y de no ser por sus playas turísticas el abandono sería mayor. Quizá Marx tenía razón cuando satirizando a Luis Bonaparte afirmó que la historia se repite primero como tragedia y luego como miserable farsa o parodia,

Es muy tarde ya para deportar más de 15000 personas, la caridad nos manda a socorrerlos. Aun así, no es tarde para actuar y prever el futuro, el Estado tiene la obligación de erradicar el Clan del Golfo y establecer una presencia permanente de la Armada como un plan efectivo para ésta. Necoclí no debe convertirse en una segunda Panamá, donde los anglosajones se vean forzados a intervenir y establezcan bases militares.  

Sobra también decir que no se necesita más burocracia, como quienes afirman que un nuevo departamento en el Urabá mejore la región. Si bien, como proyecto sería sensato, si coincide con la jurisdicción de la Diócesis de Apartadó, un nuevo aparto gubernamental podría aumentar la corrupción e incluso concentrar la riqueza en Turbo o Apartadó. 

Necoclí hoy nos llama a pensar en una geopolítica para el Caribe, el cual, como ya se advertía en tiempos de la Monarquía, es donde ejerce su influencia Gran Bretaña y hoy Estados Unidos. Incluso el traidor Simón Bolívar previó que descuidándose el Caribe las nuevas repúblicas serían sometidas por los anglosajones y cuánta razón tenía.

Por último, debe agregarse que la pérdida de Panamá supuso consecuencias catastróficas para la región. Este país, al carecer de ejército está sometido a la voluntad del atlantismo y no puede cuidar sus fronteras marítimas como se debería. 

En cuanto a los migrantes, solo podemos orar por ellos por el momento. Pero debemos actuar, pues la situación puede y va a empeorar. 

Carlos Restrepo, Círculo Tradicionalista Gaspar de Rodas de Medellín.