9. Me pregunto. ¿Cómo es que Cristo permitió que los hombres siguieran gobernando las cosas civiles? ¿Cómo es que Cristo Rey todopoderoso deja en otras manos la determinación de los asuntos políticos? En materia espiritual, que hace al fin último del hombre, Cristo gobierna por sí como cabeza de su Iglesia, a nadie ha encomendado (sino a Pedro, los apóstoles y sus herederos) la salvación de las almas, la administración de la gracia santificante.
Se trata del «fin» al que se ordenan todos los otros aspectos de la vida humana como «medios». Es, si se permite la expresión, «el fin final», por eso se dice último, porque todos los otros tienden a él.
Juan Fernando Segovia, Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II