Una libreta con 500 sellos CITES en manos de traficantes

Un árbol cocobolo en primer término. Foto: La Estrella/ Roberto Barrios

PANAMÁ- Por casi cuatro años los funcionarios del Ministerio de Ambiente no se habían percatado de la desaparición de una libreta con 500 sellos emitidos por la Convención Internacional de Especies Amenazadas (CITES), y otras decenas más, que se emplearon para traficar con especies desde Panamá. En el año 2020 se descubrió el «extravío», cuando recibieron una llamada desde China, para verificar la extraña firma que acompañaba el sello, indispensable para la exportación de productos regulados.

Antes de que Milcíades Concepción asumiera el cargo como titular del Ministerio de Ambiente en 2019, se le acercaron unos individuos con supuesto perfil empresarial para ofrecerle medio millón de dólares a cambio de facilitarles los papeles para exportar madera del árbol de cocobolo (Dalbergia Retusa). «Mis principios y valores no me permiten hacerlo», afirmó el ministro Concepción. Este sería un primer indicio de lo que se iba a encontrar en la institución.

En el caso específico del cocobolo, su protección se concreta en una serie de trámites específicos para trasladar y exportar su madera. El proceso empieza por solicitar las guías de movilización que expiden las sedes regionales para llevar la madera de un sitio a otro dentro del territorio nacional. «Las alteran para solicitar varios permisos con sellos CITES» que necesitan para poder enviar el producto al exterior, describió el ministro. Estos timbres son emitidos por la Convención Internacional de Especies Amenazadas (CITES) a petición de cada país, como una garantía de la sostenibilidad de la especie que se comercializa.

La trampa consiste en clonar las guías de transporte. Esto permite a los empresarios solicitar a la Dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad, encargada de custodiar los sellos CITES, varios timbres para los embarques de cocobolo. Las marcas forman parte de las normas internacionales para la exportación de madera. En 2014 MiAmbiente hizo un inventario del cocobolo en los patios de las empresas, pero estas cifras parecen estar en papel, no corroboradas físicamente por los funcionarios de la dirección forestal de la entidad. Esto da pie a mezclar los saldos con madera recién talada proveniente de los parques Soberanía, Camino de Cruces o Chagres, que se hallan protegidos por ley.

El centro de la corrupción ha sido detectado en las sedes regionales que deben verificar las guías y la cantidad de madera a transportar con la sede principal, «pero se saltaban ese paso», admitió Concepción en una conversación sostenida en su despacho. De esta forma, los exportadores logran consolidar embarques en los puertos con los sellos CITES solicitados previamente, o adquiridos en el mercado negro, sin que haya un control tanto en la cantidad de marcas usadas por la empresa como en la madera que sale del país. En estas irregularidades se ha detectado que directores que no pertenecen a la dirección forestal firman las inspecciones.

La viceministra de Medio Ambiente, Diana Laguna, aseguró que esa entidad está evaluando pasar el cocobolo del Apéndice II, que regula el comercio, al Apéndice I de CITES, que prohíbe totalmente la exportación. De esta forma se despejaría la duda sobre el origen de la madera, si es recién talada o forma parte del inventario que se hizo en 2014 a los patios de 17 empresas. Pasó lista, al mismo tiempo, a las acciones emprendidas para erradicar el flagelo que significan las estructuras criminales dedicadas a la extracción ilegal de la madera de los bosques panameños.

La especie, con características extraordinarias por su dureza y su llamativo corazón en tonalidades rojizas intensas y naranjas, se emplea en China para confeccionar muebles, artículos de lujo e instrumentos musicales y por ello llegan a pagarse miles de dólares. La materia prima de gran demanda propicia la tala ilegal e impacta en la biodiversidad en los países de origen. El resultado es que el cocobolo de nuestros bosques se ve cada vez más mermado y de encontrarse al borde de extinción.

Agencia FARO, Círculo Tradicionalista Nuestra Señora de la Asunción de Panamá