El buen periodista —si existe— es como el buen chatarrero. Se zambulle en los lodos de un vertedero, pero no para enfangarse sino para hallar algo de valor.
Con ese espíritu buceamos en la entrevista que realizó Jordi Évole a Macarena Olona, la ruidosa fugada de VOX. A nadie se le escapa que se acerca un ciclo electoral, por lo que hay que discernir entre la propaganda basura y las verdades que pueden usarse de propaganda. Olona, que no tiene ningún amor a la verdad, se sirve de datos ciertos sólo porque le es útil, enseña las cartas hasta donde le resulta aprovechable.
Aquí ha mostrado lo que era un secreto a voces: la secta del Yunque está metida hasta los tuétanos en VOX. Como un parásito alojado en su cerebelo dirigente, extendido en todos los tejidos de su organismo. Olona añade otro punto de credibilidad a esta verdad, al haber participado en las altas instancias organizativas del partido.
La veracidad de su revelación se prueba en no haber querido desenmascarar, por ejemplo, a los motejados aristogatos. Y puede salir indemne al descubrir este hecho porque el crecimiento e influencia del Yunque en España es algo cada vez más divulgado, así como su presencia en el partido de Santiago Abascal.
Amén de sus nuevos protectores. Como es sabido, Olona es el nuevo fichaje estrella de la secta de los Rotarios en España. Esto nos permite extraer varias conclusiones generales de prudencia. Lo primero que salta a la vista: es claro que no existe una conspiración o secta universal, omnímoda, omnipotente. No, desde el avance rampante de la Revolución existen múltiples sectas, y compiten y combaten entre sí.
Esto no lo hace menos preocupante. Ya Platón advierte y denigra este modo subrepticio de acercarse a la política. Resulta peor que haya muchas, porque infunde más confusión e inestabilidad que éste sea un modo habitual con que se pretende conducir las sociedades. Además, estas sectas abrazan los principios de la Revolución moderna y la extienden, incluido el Yunque.
También extraemos una enseñanza para todos los católicos. No puede apoyarse al zombi influido por la secta del Yunque, llamado VOX. No hay ganancia posible, hay que desembarazarse de las ilusión de que puede fomentarse la catolicidad de España desde allí.
En esto tienen que poner especial cuidado las autoridades religiosas y seglares. Ellos son responsables de estos hijuelos que el Señor les ha confiado, no pueden legar las almas ni hacerlas entrar en ese arca de perdición. Porque se envilecerán en el orden natural y se secarán para la vida de gracia.
Roberto Moreno, Círculo Antonio Molle Lazo de Madrid