«Ecumenismo fiscal» del Gobierno de España

Foto: Pool Moncloa. EFE/ Raúl Salgado

Después de bastantes décadas de ruptura de la unidad católica de España, a la que se ha llegado también con la inestimable colaboración de democristianos de diversas velocidades, el Gobierno de España mantiene su gestión del «Panteón de las religiones» concediendo a la «Iglesia» Ortodoxa, la Unión Budista, la «Iglesia» de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) y los Testigos de Jehová la misma fiscalidad y el mismo régimen tributario que la Iglesia católica ha tenido tradicionalmente en aplicación de los Concordatos y los acuerdos con la Santa Sede —hace algunos años ya se habían sumado los protestantes—. En concreto, estas confesiones no tendrán que pagar el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) en los edificios, locales y dependencias destinados al culto, así como aquellos inmuebles empleados para la asistencia religiosa, la residencia de ministros de culto, formación religiosa y oficinas.

Por su parte, desde el ámbito católico, el titular de la diócesis de Madrid, Carlos Osoro, continúa su proyecto de ahondar en otro tipo de ecumenismo, el habitual en los medios eclesiásticos después de la celebración el Concilio Vaticano II, al participar en una ruptura del ayuno del Ramadán en el Centro Cultural Islámico de Madrid, conocido como Mezquita de la M30. 

Desde el Gobierno han afirmado que su decisión fiscal es una «apuesta por la laicidad» debido a la condición de España como un «Estado aconfesional». Los gobiernos de los Estados contemporáneos se ven favorecidos por este tipo de fragmentación social, pues con medidas como este ecumenismo fiscal son coherentes con sus principios liberales y salen reforzados en su calidad de «árbitros» de una situación caótica. En cambio, la actuación del Cardenal Osoro en la Mezquita de la M30 sólo encuentra su justificación en una extraña tradición ajena al catolicismo y que se remonta a Don Oppas.

Agencia FARO

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