A diez años del 15M

La acampada del 15M en la puerta del Sol de Madrid. Reuters. Paul Hanna

Se han cumplido este 15 de mayo 10 años del famoso 15-M o «Movimiento de los indignados». Tal día como hoy, ante la llamada de diferentes colectivos, acampaban miles de personas en diversas ciudades españolas, en señal de protesta «pacífica» por situación de la democracia en España.

La movilización ciudadana surgió como consecuencia del cansancio de cierto sector de la sociedad ante el bipartidismo en la política española, con el PSOE y el PP como principales fuerzas políticas que dirigían el destino del país. La manifestación que más fuerza tuvo fue la realizada en la Puerta del Sol de Madrid, que duró casi un mes hasta que fue disuelta.

La realidad es que el motivo de fondo que llevó a tal manifestación es algo incierto y difícil de delimitar. Solo hasta cierto punto puede concretarse en el tedio provocado por los dos partidos con más fuerza en España, pero no hay que olvidar otros factores como el descontento ante la crisis económica de 2008 y la manera de llevar a cabo los recortes y ayudas sociales. Se pedía, en definitiva, una democracia más representativa que no estuviera dominada por el binomio PSOE-PP.

En cualquier caso, el movimiento se caracterizó más por su forma que por su materia. Se adoptó el sistema de queja como actitud ante la situación vivida y se inició una manera distinta de hacer política. Cansados del aburrimiento provocado por el binomio gobernante, comienza un estilo más polarizado y agresivo en el panorama político español.

Este cambio fue protagonizado por un grupo de la sociedad que se conocería como de «izquierdas». De ahí nacieron formaciones políticas como el Partido X, si bien la principal de todas fue Unidas Podemos.

Esta nueva política más belicosa en la democracia española, llegará a su culmen con la formación política VOX, que terminará de crear el caldo de cultivo necesario para poder hablar de una verdadera política absurda, con base en el sentimiento irracional y la indignación momentánea. Se ve así cómo VOX es simplemente la reacción en el extremo opuesto ante la misma situación. Tales formaciones son la consecuencia necesaria de un sistema de partidos en el que reina el sentimentalismo y cuya única manera de hacer política es la fuerza bruta e irracional, apelando a las emociones del votante.

Antonio de Jaso, Navarra.