Carlos Calderón, entrega a una noble Causa

Batalla en san Pedro de Abanto

Se cumplen ciento treinta años del triste fallecimiento del Brigadier D. Carlos Calderón y Vasco y en el recuerdo a su entrañable y noble memoria una parte de la familia, como descendiente por línea paterna que aún conserva su apellido de la misma estirpe y linaje, le dedica estas breves líneas.

D. Carlos Calderón y Vasco nace en la ciudad de Granada el día 13 de junio de 1.845 fruto del matrimonio formado por D. Carlos Manuel Calderón y Molina y Dña. Josefa Vasco y Gómez.

Desde temprana edad orienta su vida y formación a la carrera militar, alcanzando pocos años después el empleo de Alférez de Caballería siendo destinado al Regimiento de Coraceros del Príncipe, con el cual y bajo las órdenes de General Zavala ya combatió a Prim durante el mes de enero de 1.866.

Ascendido al empleo de Teniente fue destinado como Ayudante de Campo del General y Duque de Osuna, entonces Embajador de España en Rusia, junto al que permaneció hasta la revolución del mes de septiembre de 1.868.

Tras la caída de  Isabel, abandona su trayectoria y carrera militar y diplomática para regresar a España junto a su madre con la que, poco tiempo después, se pondría a disposición y servicio de D. Carlos de Borbón y Austria-Este, D. Carlos VII, en París, quien lo ascendería bajo sus ordenes al empleo de Capitán.

Con el estallido de la Tercera Guerra Carlista y en compañía siempre de su madre hizo importantes aportaciones y sacrificios en pro de esta noble causa, siguiendo los pasos que años antes había hecho su padre cuando fundó el Colegio de la Purísima Concepción -Calderón- al servicio de las «Hijas de la Caridad» en la ciudad de la Alhambra.

Así, Dña. Josefa Vasco y Gómez, ya viuda de D. Carlos Manuel Calderón y Molina, abandona sus comodidades y se dedica por completo y con absoluta entrega al cuidado, atención, socorro y caridad de los heridos y caídos en el frente ayudando a tal fin a Dña. Margarita de Borbón-Parma, esposa de D. Carlos, quien le concedería tiempo después la dignidad del Marquesado de la Caridad, en reconocimiento por los servicios prestados a la Cruz Roja Carlista de “La Caridad” que tendrá a Dña. Josefa como primera Vicepresidenta.

Mientras tanto, su hijo se acreditaba valientemente en la Batalla de Oroquieta y seguidamente, bajo las órdenes del General Ollo, se batió en Azpeita, siendo ascendido a Comandante 2º Jefe del Batallón 2º de Navarra.

Posteriormente combatió en Monreal y se distinguió en Oñate, en la que entró a bayoneta con dos Compañías; en la acción de Eraul y Lecumberri; en la toma de Estella, Dicastillo y en la de Puente la Reina, en la que fue ascendido a Teniente Coronel, tras lo cual dirigió las valientes cargas de Velabieta.

Fue notable en el sitio de Portugalete y en las Batallas de Somorrostro y San Pedro Abanto y, en virtud de ello, fue ascendido a Coronel y 1º Jefe del 2º Batallón de Navarra.

Encargado del Batallón Guías del Rey se destacó en la Batalla de Urnieta y en la de Lácar, en la que ganaría la faja de Brigadier, tomando tres veces a bayoneta Monte-Esquinza.

Destinado a la División de Navarra combatió en la Batalla de Treviño, en la que ocupó el Alto del Cuervo y protegió con bravura la retirada del ejercito junto a los oficiales Simón de Montoya y Marcelino Martínez de Junquera.

El 17 de febrero de 1.876 se vio atacado por dos Divisiones en la parte de la Solana y una Brigada en la Esquinza y frente a las cuales sostuvo una férrea defensa haciendo retroceder al enemigo. Una vez reforzado éste tuvo que retirarse a Estella, donde había tenido su Corte D. Carlos VII, sosteniendo en sus inmediaciones un combate memorable en inferioridad numérica hasta que hubo de retroceder al fuerte de Montejurra, tras lo cual se rehizo nuevamente el enemigo y se lanzó éste sobre varios puntos de ataque que fueron bravamente defendidos por los voluntarios que le habían quedado hasta que nuestro Brigadier cayó desgraciadamente herido y en poder de las tropas liberales.

Los Generales Primo de Rivera y Cortijo felicitaron al Brigadier por el heroísmo sobradamente demostrado en su defensa devolviéndole la espada que les había entregado y cuyo gesto fue inmortalizado en el famoso lienzo de Enrique Estevan y Vicente.

Terminada la Guerra y ya en libertad, tras su ascenso a Mariscal de Campo, estuvo residiendo entre Francia, poniéndose nuevamente bajo las órdenes y servicio de D. Carlos, y España, pasando largas temporadas en Madrid, Granada, en su residencia del «Carmen de los Mártires», adquirida en su momento por D. Carlos Manuel Calderón y Molina y posteriormente comprada a su madre, y en su Hacienda de Jaén, conocida como «Nava el Sach».

Junto a D. Carlos de Borbón siguió pasando grandes momentos y entrañables encuentros muy especialmente en sus visitas a Italia.

Tristemente la muerte le sobrevino muy joven y lejos de estas tierras andaluzas, tras una cena espléndida entre amigos en su vivienda de Paris, la mañana del día 9 de noviembre de 1.891.

Pocos días después D. Carlos escribiría en su recuerdo «…pierdo un amigo fiel, un servidor heroico, un compañero leal de los buenos como de los malos días cuya nobleza del alma he podido apreciar en más de veinte años de trato continuo, y España pierde a uno de los caracteres generosos, activos y emprendedores de que está tan necesitada…».

José Raúl Calderón, Círculo Tradicionalista General Calderón de Granada.