CIUDAD DE MÉJICO.- El pasado miércoles 6 de julio falleció el expresidente Luis Echeverría Álvarez. El polémico mandatario, denunciado cómplice de las matanzas estudiantiles de octubre de 1968 y de junio de 1971, murió a los 100 años de edad.
El ex-mandatario fue en vida acusado de «gran represor» por los mencionados actos durante su gestión como Secretario de Gobernación y, ya como presidente, durante los sucesos de 1971.
Su mandato fue designado como el periodo del «desarrollo compartido», teniendo como divisa rescatar las consignas de izquierda del cardenismo, con la intención de la mayor participación del Estado en todos los ámbitos, incluido por supuesto la economía.
Sin embargo, tanto los sucesos de 1968 como la crisis económica a nivel mundial provocaron una fractura en la «familia revolucionaria» del partido político hegemónico hasta entonces, el llamado Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El mandatario Andrés Manuel López Obrador envió un mensaje de condolencias a través de las redes sociales, pues es de recordar que el mismo presidente proviene de la vieja guardia del mismo partido. Y a pesar de los conflictos entre familiares revolucionarios, la matriz liberal los hermana, pues por ejemplo, dijo respetar y mantener una buena relación con todas «las iglesias» favoreciendo la libertad religiosa. Estas declaraciones las hizo después de la muerte de unos jesuitas en el norte del país hace unos días, con la consiguiente polémica.
Agencia FARO, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta