Las mujeres en el Levantamiento del 2 de mayo de 1808

también aparecieron heroínas a defender la patria

En 1838, el alcalde de Madrid, Víctor López, afirmaba, en referencia al 2 de mayo: «No sólo se manifestó aquel día el varonil denuedo castellano en las calles y plazas de esta villa, sino que también aparecieron heroínas a defender la patria, presentando sus pechos denodados al mortífero plomo del ambicioso usurpador».

Debemos recordar los nombres de algunas de las muchas mujeres españolas que ese día se batieron contra los gabachos derramando su sangre  no sin antes dar muerte a no pocos de ellos entre los mártires de nuestra España inmortal.

Clara del Rey, tenía 47 años y había ido al Parque de Artillería a ayudar en la defensa junto a su marido y sus tres hijos: Juan de 19 años, Ceferino de 17 y Estanislao de 15 (allí, junto a su esposo perdió a uno de sus hijos),  murió por la metralla de una bala de cañón que la alcanzó en la frente  cuando colaboraba trayendo munición. 

Allí falleció también Benita Pastrana, de 17 años, defendiendo el cañón del teniente Ruiz hasta ser herida de muerte. Allí se encontraba, codo con codo, con el hombre del estaba enamorada, y que también perdió la vida, junto a todos los artilleros. Fue conducida después por los hermanos de la Congregación de la Misericordia, por petición suya, a la enfermería de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, murió olvidada, como olvidado murió también el joven al que amaba, ambos abrazados.

Ángela Fernández Fuertes que moriría en el hospital después de haber sido mortalmente herida por la artillería.

Benita Sandoval, casada, de 30 años, fue muerta en la defensa de la Puerta de Toledo.

Catalina González Aliaga, de 38 años, fue herida en la puerta de su casa, que estaba en la calle de Leganitos y falleció a los pocos días. 

Catalina Pajares, de 16 años, fue muerta en el balcón de su casa, calle de Luzón. 

Ezequiela Antonia Fayola,  herida el 2 en la Puerta del Sol; murió el 7 en su casa de la calle de la Abada.

Felipa Vicálvaro Sáinz, de 15 años, murió en la Plaza Mayor. 

Francisca Pérez de Párrega, de 47 años, cayó en la calle de la Montera, la manola de Lavapiés, huyendo de una descarga.

Isabel Montalvo, murió en los Caños del Peral. 

Juana Rodríguez Maestro, de 66 años, murió en la calle de San Bernardo. Lucinda Escudero, de 60 años, murió en la calle del Espejo.

Juan Pérez de Guzmán y Gallo relató en 1891 en «El Correo Militar» uno de los episodios protagonizados por mujeres: «Las manolas de los barrios de Toledo y las Vistillas acometieron a los coraceros que venían de Carabanchel, metiéndose entre los escuadrones armadas de navajas con las que sajaban el vientre de los caballos que, al caer en tierra, arrastraban a los jinetes, víctimas también del furor de aquellas heroínas. En la calle del Barquillo murió uno de los jefes franceses, mortalmente herido en la cabeza por un tiesto de flores que desde un balcón le arrojaron».

María Dolores Rodríguez Godino, Margaritas Hispánicas

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