Una hoja de ruta inquietante

J. L. Roca

Hemos oído decir que tenemos el peor gobierno en el peor momento. Lo que parece un hecho innegable a luz de los acontecimientos. Esta semana se cumplía el año de las elecciones que nos dieron el actual Gobierno. 11 meses desde que el Ejecutivo, liderado por el tándem Sánchez-Iglesias, se pusiera en marcha.

Un Gobierno liderado por un Presidente que faltó a su palabra. No formaría gobierno con el podemismo. No pactaría con los terroristas de Bildu. Un gobierno de ministros incompetentes y mediocres, que han mentido sin sonrojo durante estos meses de crisis sanitaria. Un gobierno que ha desastrado la vida cotidiana con su falta de previsión y su irresponsabilidad. Que ha hecho del embuste un instrumento de supervivencia política, cuya manipulación social está teniendo efectos devastadores.

Poco se habla del interés del Ejecutivo por mantener este estado de alarma social e inseguridad en la gente. El interés por prolongar una inusual y humillante restricción de libertades. Por no hablar de la asfixiante intervención del gobierno sobre determinados usos y costumbres, aún mayoritarios en los españoles. Costumbres que son prez de España. Y que no encajan con el «hombre nuevo» que aspiran construir.

La pandemia ha posibilitado control de los medios de comunicación, públicos y privados. Más firmemente atados por las subvenciones, permiten al Gobierno sostenerse en sus mentiras y desviar la atención de problemas reales. Y también camuflar intenciones alevosas y sucintas del Ejecutivo.

Se publica en el BOE una especie de «Comisión de la Verdad» gubernamental. Así, el Gobierno instaura una censura encubierta, pretende asegurarse un control pleno de los medios de comunicación y redes sociales. Tratará de controlar y limitar las informaciones y opiniones divergentes o molestas. Eliminando cualquier acusación. Sin importarles lo más mínimo ni la verdad, ni la justicia. Por supuesto, esto se refrendará como manifestación de los derechos de libertad de expresión y de prensa.

Nosotros no haremos bandera de derechos abstractos y engañosos. Pondremos nuestro empeño en defender las libertades reales y concretas de los españoles. Desenmascarando la mentira y el engaño, cumpliendo con nuestro deber de proporcionar una información verdadera al servicio del bien común. Dando un juicio recto sobre la realidad que vivimos.

Diego Luis Baño, Círculo Cultural Antonio Molle Lazo.