La otra cara de la «Champions League» 2022

Aficionados del Liverpool tratando de entrar al Estadio. Foto: AFP

Este pasado sábado 28 de mayo se celebró la final de la «Champions League» 2022. Periodistas y aficionados calificaron de vergonzosos los sucesos que tuvieron lugar antes y después del partido. Y es que el estadio se encuentra en uno de los barrios más conflictivos de París. Saint-Denis está lleno inmigrantes africanos que no dudaron en atacar y robar a los aficionados que se dirigían al partido o que trataban de regresar a sus casas después de su conclusión.

Son curiosas las declaraciones de quienes vivieron los sucesos: para justificarlo, algunos decían que Saint-Denis no es París. Otros aseguraban que el estadio se encontraba en un barrio complicado.

Uno de los comentarios más llamativos fue el de Martin Varsavsky: el fundador de Jazztel y CEO de Prelude Fertility, Goggo Network o VAS Ventures, quien compartió en las redes sociales su experiencia en el estadio de Saint Denis. «Soy inmigrante en España y siempre apoyé la inmigración, pero lo que vivimos anoche en París fue un horror para nuestra familia y todos los aficionados. Cientos de parisinos africanos atacando a los fans riéndose de nosotros y vernos en pánico. Era racismo, contra los europeos». Y añadió: «la salida del estadio fue un total horror. Hordas de ladrones robando a los aficionados. Nunca vi algo así. Nos trataron de robar. Logramos escaparnos».

En este contexto, ha sido muy esclarecedor Juan Manuel de Prada en su artículo Inmigración y cuestión religiosa publicado en la revista Verbo. En dicho artículo constata como «en las sociedades irreligiosas, no se acoge al inmigrante por amor al prójimo, sino por postureo político coyuntural; o por suscitar (…) en el seno de la sociedad «antagonismos» que faciliten la dinámica revolucionaria (una vez que la «clase obrera» ya no se considera sujeto revolucionario); o incluso por odio sibilino pero irreprimible hacia la religión que constituyó nuestra civilización. Y quienes rechazan al inmigrante no lo hacen tampoco por amor a su patria, sino para explotar electoralmente el odio al extranjero, o para sembrar el miedo egoísta a la pérdida del bienestar material».

Agencia FARO, B. Perfecto