Política en las portadas

Composición de imágenes de GTRES y EP

Si repasamos las principales portadas españolas, vemos que hoy el tema es la Ley Celaá. También hay menciones a nuestras maltratadas Canarias, que se han convertido en la Lampedusa del Atlántico durante el último mes.

Al parecer, la Ley Celaá se aprobó por el canto de un duro: ¡la mayoría necesaria fue salvada por un voto! Todos los medios de la derecha liberal se lamentan. Hasta El País, decano progresista, encaja una victoria amarga. Más amargo es el fango que se arroja sobre los españoles. La política educativa depende desde hace cuarenta años del turno partidista. Cada una de las ¡ocho leyes! que se han sucedido en estas cuatro décadas ha sido peor que la anterior. Todas ideológicas, todas liberales.

El rebote conservador parece mayúsculo. La Razón anuncia que «el PP se movilizará en la calle contra la Ley de Educación». El Mundo, que las autonomías peperas «impulsarán leyes para eludir los aspectos más lesivos» de la Ley. Vaya vodevil. Las leyes de nuestros días son un laberinto para tramposos. Nuestra sonrisa se tuerce al leer los titulares: sabemos por experiencia que el enojo de los conservadores quedará en poco, y en nada bueno.

La bronca entre izquierdas y derechas ha mitigado los fuegos dentro de los ministerios. Pero las cuchilladas han volado entre Defensa, Exteriores y la Vicepresidencia del podemita Pablo Iglesias. Se dibuja un horizonte engorroso en esta pandemia, con nuestra ultrajada frontera y el avance militar de Marruecos sobre el Sáhara. Ante la crisis de inmigrantes en Canarias se presiente un problema internacional. Y también un encuentro incómodo con Marruecos, que controla las aguas que dan a las Canarias.

Oramas, diputada de Coalición Canaria, se muestra despechada por la desatención el Gobierno. El Mundo recoge su reproche: «En 2006 lo arreglaron el Jefe de Estado y De la Vega». De un modo muy hábil, la diputada ha sabido azuzar a la oposición contra el Gobierno, sin necesidad de cambiarse de bando. VOX y el PP la tachan de hipócrita; ella, más menuda y de requiebros más espabilados, los ha domeñado para que luchen su guerra.

Nos resentimos al ver qué se mueve entre bambalinas. Esos lances autonómicos acaban en un nuevo tributo a Marruecos. Se consolida la situación tributaria de España con los moros. Pagando con dinero y prebendas al armado vecino del sur. ¿Para qué? Para que disminuya un poco el ritmo migratorio con el que nos inunda. Pero sólo un poco.

Roberto Moreno, Círculo Cultural Antonio Molle Lazo.