COLOMBIA– Los precios de la papa en Colombia han sufrido una grave caída en el mes de noviembre. Esto ha obligado a miles de campesinos a vender el bulto a precios ínfimos. La respuesta del país resultó ser pintoresca, siendo tendencia en redes el «#papachallenge», donde se animaba a comprar directamente al campesino.
Sea un acto de caridad o simple impostura mediática, esperamos que sea suficiente para que los paperos recuperen la inversión.
No es la primera vez que hay pérdidas tan grandes en el campo. Una situación semejante sucedió hace unos años con la cebolla. La razón de la bajada en los precios son los tratados de libre comercio, como el TLC. Estos acuerdos encarecen la producción local y quiebran a los negocios más pequeños.
Resulta ridículo que un país atravesado por los Andes recurra a importar patatas desde Bélgica, el pequeño país sede de Unión Europea. Produce una gran indignación entre los colombianos que Bruselas considere competencia desleal proteger nuestra producción.
En el desarrollo de esta crisis, vemos cómo los diferentes partidos colombianos generan hashtag para atraer la atención de los medios. «Los socialistas culpan a la ultraderecha de quebrar al campesinado por defender empresas extranjeras», afirman desde el Círculo carlista Gaspar de Rodas. «Pero fue el presente gobierno el que impuso el arancel a la papa frita congelada belga. Con esto vemos que muchos populistas pregonan ser el defensores de la clase trabajadora, pero sus líderes más reconocidos apoyaron la adhesión de Colombia a la OCDE».
Los años venideros se presentan lúgubres para la producción local. Poco se puede hacer, salvo sumarnos a la tendencia y apoyar al campesino.
FARO/ Círculo Tradicionalista Gaspar de Rodas