La creación y destrucción del dinero en la Economía moderna (I)

Graham Ford Towers, primer Gobernador del Banco de Canadá entre 1934 y 1951

En este artículo sólo nos limitaremos a traer algunos testimonios autorizados que declaran y confirman el trasvase de la potestad dineraria desde la sede de la soberanía hacia la estructura bancaria, por obra de los sistemas financieros crediticios adjuntos a los Estados occidentales desde la Edad Moderna. Ésta es una realidad que ya no les importa reconocer a los propios poderes establecidos a su amparo, pero conviene que la traigamos a colación pues su desconocimiento continúa estando bastante generalizado.

Primeramente, nos gustaría recoger algunos de los reveladores testimonios del que fue primer Gobernador del Banco de Canadá, Graham F. Towers. Esta institución fue creada por el Acta del Banco de Canadá de Julio de 1934, muy probablemente con el fin inmediato de impedir la sana acción económica del futuro Gobierno socialcreditista, cuya toma del poder en la Provincia de Alberta se preveía –como efectivamente ocurrió– para el año siguiente. A fin de conocer el funcionamiento y actividades del Banco, el Comité Permanente de Banca y Comercio de la Cámara de los Comunes del Parlamento canadiense invitó al Sr. Towers a prestar su testimonio ante el mismo. Las Sesiones del Comité se extendieron entre Marzo y Junio de 1939, recogiéndose sus Actas en 25 fascículos o cuadernos que suman más de 850 páginas, y de cuya página 238 vamos a extraer los siguiente párrafos:

«Pregunta. Ahora bien, si el Gobierno fuera al banco con $1.000.000 en bonos, ¿habría un incremento de un millón de dólares en la cantidad de dinero en manos de la gente en forma de depósitos?.– Respuesta [de Graham F. Towers]. Asumiendo que ningún otro cambio hubiera tenido lugar en la posición del banco en ese tiempo, sí.

»P. En otras palabras, cuando los bonos por valor de $1.000.000 son presentados al banco, ¿se crea un millón de dólares de nuevo dinero o el equivalente?.– R. De nuevo, asumiendo que no haya disminución alguna en sus otras inversiones o préstamos.

»P. Me refiero al instante, al momento.– R. Sí.

»P. ¿Es un hecho que se crea un millón de dólares de nuevo dinero?.– R. Eso es correcto. Por supuesto, los Gobiernos no deberían ir siempre a los bancos en ese sentido; deberían vender sus bonos a inversores.

»P. Sí. Ahora bien, ¿es eso mismo cierto cuando la Municipalidad o la Provincia va a un banco?.– R. O un prestatario individual.

»P. O cuando una persona privada va a un banco.– R. Sí.

»P. Estoy formulando esta pregunta por esta razón: estuve discutiendo esta materia con un banquero que tenía veinte años de experiencia con los bancos y le dije, “supongamos que yo quisiera tomar prestados $100 de un banco en el Canadá Occidental y adquirir trigo por valor de $100 para la siembra de primavera, ¿qué haría yo?”. Él dijo, “bueno, se hace de esta forma: un individuo del Canadá Oriental, digamos, tiene un ingreso de $20 semanales y gasta $15 y pone $5 en el banco, y supongamos que hay otros veinte que hacen lo mismo: eso da al banco $100 en depósitos, y, puesto que el banco [del Canadá Oriental] tiene $100 en depósitos, los banqueros pueden prestarme ese depósito en el Canadá Occidental para poner mis semillas de trigo”. ¿Es ésta una declaración correcta?.– R. Pienso que es más bien complicada.

»P. Es más bien complicada. Quisiera, sin embargo, que usted respondiera tan justamente como lo hizo con mi primera pregunta. ¿Es ésa una declaración verdadera?. R.– Pienso que es perfectamente verdadera a los ojos del individuo que está gestionando una sucursal [de banco]; considerando al sistema bancario en su conjunto, no es una forma apropiada de observarlo.

»P. ¿Cuál es la forma apropiada? ¿Es ésta la forma apropiada: que cuando tomo prestado $100 del banco como ciudadano privado, el banco realiza una entrada contable y hay un incremento de $100 en los depósitos de ese banco, en el total de depósitos de ese banco?.– R. Sí». 

(Continuará)

Félix M.ª Martín Antoniano