Exposición anticatólica en Ecuador

Con su carácter blasfemo, ofenden a Dios y crean un clima social contrario a la Fe católica

Casa de la Cultura

Desde inicios de febrero hasta la primera semana de este mes de marzo, en la sede de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en su sucursal en la ciudad de Cuenca, estuvieron expuestos objetos de dudoso gusto calificados como arte por las ideologías de la posmodernidad, pero más cercanos al concepto universal de basura. En esta línea, los organizadores incluyeron objetos claramente ofensivos y blasfemos en contra de nuestro Señor Jesucristo.

La exposición se denominaba The Temple of Arutam y pretendía destacar las características de la cultura shuar y mestiza. Las piezas blasfemas, cuya descripción y detalles preferimos omitir, se expusieron los últimos días de la muestra. 

Los católicos ecuatorianos han realizado diversos actos de reparación pública frente de la sede de dicha Casa de la Cultura que se encuentra situada frente de la Catedral Metropolitana de la Inmaculada concepción. También reclamaron que se retirasen esas imágenes. La Arquidiócesis de Cuenca no se pronunció en contra de la exposición, limitándose a convocar una jornada de oración en reparación a nuestro Señor Jesucristo, ofendido de varias maneras.

Eduardo Moscoso el «artista» responsable de los objetos aberrantes, justificó la realización esas representaciones alegando que «hay Cristos que no quieren morir crucificados…  creen en la vida y quieren vivir y ya no quieren ser crucificados». Martín Suárez, director de la Casa de la Cultura, fue más lejos y criticó a los católicos en oración, declinando toda responsabilidad con base en que no había recibido ninguna queja por parte de la jerarquía de la Iglesia católica local. Recurrió al aburrido argumento liberal «del derecho de todos de expresarse cualquier sector de la sociedad y el derecho de recibir información de todo tipo».

Grupos de católicos continuaron con protestas y oraciones en rechazo público por la exposición blasfema. Las protestas fueron especialmente intensas durante la retirada de las piezas más obscenas al finalizar la muestra.

No es la primera vez que se han realizado con total impunidad estos tipos de presentaciones que van en contra de nuestro Señor. Con su carácter blasfemo, ofenden a Dios y crean un clima social contrario a la Fe católica. Frente a ellas, confluyen críticas desde distintos sectores sociales más o menos conservadores, que, no obstante, caen en la contradicción de defender los postulados más liberales en defensa del estado moderno y el constitucionalismo, cuya libertad de expresión sin límites da cobertura a esta barbarie. A esa misma libertad de expresión se acogen tantos católicos que se han permanecido indiferentes —algunos justificando— este atentado contra nuestra verdadera fe.

Agencia FARO. Ecuador. J. Arias.   

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