Méjico: crónica de la Jornada Guadalupana

QUIERA DIOS QUE LA DEVOCIÓN GUADALUPANA ENCIENDA EN NUESTROS CORAZONES EL FUEGO DE LA CARIDAD POLÍTICA

Ciudad de Méjico.- El pasado sábado 9 de diciembre, el Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta celebró a la Virgen de Guadalupe, patrona de His­panoamérica.

Aprovechando que el día sábado es un día dedicado a la Virgen María, se comenzó la celebración con el rezo del Santo Rosario para pedir la inspiración a la Madre del Cielo.

Una vez solicitadas las gracias necesarias para nuestra Comunión, se procedió a la parte intelectual de la jornada: unas horas después de las Vísperas, el Profesor Rodrigo Fernández Díez, ilustró al auditorio con una necesaria conferencia sobre el milagro gua­dalupano en nuestro país, haciendo cuidadosas observaciones y distinciones respecto a la apropiación por parte del nacionalismo romántico y revolucionario. Destacando la do­ble blasfemia del Cura Hidalgo al tomarla como estandarte contra el Rey, sumando ade­más su falta por su investidura sacerdotal. Destacó también la importancia del papel del laico en la Restauración del Reinado Social de Cristo, distinguiendo y exhortando a evi­tar caer en los clericalismos; además, acentuó la necesidad de cumplir con las 3 misiones de la Iglesia, y que ésta no se reduzca a una mera dispensadora de los Sacramentos, sino que complete su tarea que le encomendó el Señor por medio siempre de la pugna por la Cristiandad a diferencia de un proselitismo individual y limitado.

 

Por medio de atinadas analogías facilitó a su participativo auditorio la comprensión de su mensaje. La adecuada equiparación misionera de San Francisco Javier y Don Hernán Cortés, más allá de los defectos personales de éste último, así como la desafortunada acentuación de colocar a la aparición guadalupana como «fundadora de la patria mexicana», pues la devoción de Nuestra Madre fue bastante extendida en las Filipinas, demostrando más bien ser un emblema de la continuidad de la cristiandad novohispana.

Después de responder a las preguntas del auditorio, se procedió a una cena de her­mandad familiar y de convivencia.

Quiera Dios que la devoción guadalupana encienda en nuestros corazones el fuego de la caridad política y no cejar hasta ver logrado el triunfo de su Inmaculado Corazón.

Agencia FARO, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta.

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