Ya sentíamos respetadas nuestras libertades y tradiciones de casi 500 años al poder asistir al espectáculo donde el arte, la cultura y el valor se muestran para hacer un símil de la vida del ser humano y sentir el OLÉ más profundo del mundo al partir plaza; se nos pone la piel a flor, como se dice por acá «piel de gallina». Fue hermoso ver y sentir a 42 mil personas sentadas en la plaza gritando: ¡Olé!
Desgraciadamente los toros fallaron (no tienen palabra) siendo una «bueyada» que no cooperó con los toreros: Joselito Adame, Diego Silveti, y Roca Rey. Reitero que valió la pena, al presenciar nuevamente esa plaza de toros llena y sentir viva nuestra fiesta taurina.
Empezaba diciendo …«Sentíamos respetadas nuestras libertades, y tradiciones» ya que de nueva cuenta, un amparo de nuestras mal llamadas leyes, tratan de meter el pie para suspender nuestras libertades en la Tradicion, en la capital del país sin respetar a miles de personas que apoyan y gustan de esta tradición taurina.
¡Qué viva la tauromaquia!
Sergio Ramírez de Arellano y Aguilar
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