Venezuela es un país poco conocido por la historiografía clásica en los últimos siglos, a pesar de haber tenido una historia de gran influencia entre los territorios de Ultramar. Cuenta con uno de los más conocidos tratados sobre procesos de secesión, e incluso con algunos más sobre los precursores de las independencias en las Indias. Pese a la necesidad de su estudio, deja que desear la abundancia de investigaciones sobre su naturaleza e historia.
Este hecho se explica en buena medida porque la república ha dificultado considerablemente toda reacción católica, persiguiendo el estudio de los buenos cristianos venezolanos. El culto laico hacia Bolívar y los próceres es un escollo que se impone contra el Reinado social de Cristo.
Nuestro Virreinato tuvo la guerra de independencia más larga y costosa de las Indias. Acabó con un tercio de su población anterior y separándose radicalmente de toda ascendencia española. Tras su independencia, Venezuela se convirtió en uno de los países más heterogéneos debido a la inmigración europea promovida por la república.
Ya desde en el siglo XX, empieza a aparecer un interés notable hacia el estudio de la época virreinal. Destacan algunas figuras como Caracciolo Parra Pérez, Juan David García Bacca o Aveledo Coll. También otros autores actuales interesados el pasado virreinal.
Es momento de abordar su estudio histórico y político desde la tradición católica y la sabiduría clásica. Un buen método para abordar el estudio de algo es preguntarse por su raíz, por sus fundamentos. Lo peculiar, lo natural de Venezuela, sólo puede hallarse en su origen. En esa Cristiandad hispana, fundada en la fe verdadera y enraizada en el conocimiento natural del hombre y la comunidad política.
Héctor Hernández, Círculo Tradicionalista de Venezuela.