No me opongo, así de entrada, al nepotismo. Me parece un muy buen criterio de desempate a la hora de proveer un puesto de trabajo; máxime cuando éste es de confianza. Es lógico: si tiene usted que elegir un asesor o un secretario y se le presentan dos candidatos, Perico de los Palotes y Gumersinda de Francavilla, de formación y experiencia similares, pero resulta que doña Gumersinda es su sobrina, lógicamente acabará escogiendo a doña Gumersinda. A lo que me opongo y creo que es justo y razonable oponerse, es a que el parentesco cubra, como la caridad en la primera epístola de San Pedro, «una multitud de pecados». Si resulta que Perico de los Palotes tiene una larga experiencia y una excelente formación mientras que Gumersinda logra, con cierta dificultad, hacer la «o» con un canuto, el sobrinazgo no puede hacerle pasar por encima del otro candidato.
Dicho esto, tampoco se puede exagerar. Una cosa es que, una vez, para un cargo, insisto, de confianza, un político pueda colocar a un pariente o amigo cercano que reúna un mínimo de cualidades para el puesto. Y otra cosa es lo de la alcaldesa de Móstoles. Me ha hecho recordar el asunto el escándalo o, mejor, la escandalosa ignorancia de la alcaldesa de Gijón quien, por no saber, no sabe ni cómo se nombra a las reses bravas. Excusable no saberlo; algo menos viniendo de tan buena tierra de vacas como es Asturias. Muy malo, muy arrogante y muy propio del municipalismo socialista español es no saber, no querer saber y actuar en consecuencia.
Ya han podido ustedes comprobar que me gusta tirar de hemeroteca. Esta columna semanal podría haberse reducido tanto a un anecdotario de meteduras de pata como a un comentario de la semanal exhibición de estulticia, parlamentaria o no, del político de turno. Las alcaldesas socialistas merecerían una sección especial.
El asunto de doña Noelia Posse, ínclita alcaldesa de Móstoles (¡que villa que tuvo tan buenos alcaldes merezca los que ahora sufre…!), se resolvió de manera muy cómoda. Para ella. Según parece, se enrocó ante el jaque que le dieron los socialistas madrileños y Sánchez, que cuando le interesa se mueve tan rápido como la dama del ajedrez, acudió solícito y galán a su rescate. Allí está ella: alcaldesa cual lo era antes de sus muchos escándalos.
Y es que el juego de la política da muchas sorpresas. Por ejemplo, quizá recuerden aquella bastante infame peliculita de Disney, El emperador y sus locuras, ambientada en un idílico imperio presuntamente incaico, gobernado por un muchachito imberbe, ególatra y tirando a inútil y por su consejera principal, una especie de bruja de tez cadavérica, dura, inflexible y con un cierto complejo por su [falta de] belleza. No me consta que se inspiraran en una hipotética cooperación entre Sánchez y Fernández de la Vega, pero juzguen ustedes mismos. Los azares de la política pseudo-incaica acaban con el emperador Kuzco convertido en una llama parlante (el mamífero andino, no un fuego fatuo fantasmal) y con su consejera, Yzma, persiguiéndole para darle muerte y hacerse, de una vez y «legítimamente» con el trono. La mentira, la manipulación, el uso fraudulento de los recursos de la Administración del Estado Inca son sólo algunos de los medios que la bienintencionada pero ineficiente Yzma pone a su servicio para acabar de una vez con el gobierno corrupto y absolutamente desconocedor del bien común del Marqués de Galapagar Emperador Kuzco. Así, enterada de que el Emperador-Llama ha sido puesto a salvo de sus maquinaciones por un bonachón aunque tontaina campesino, Pacha, se hace introducir en la casa de éste como una pariente lejana:
– «Oye, ¿te importaría recordarme tu parentesco con Pacha?», le pregunta la mujer de éste.
– «Pues, soy prima tercera del cuñado de la sobrina de su tía abuela… ¡Somos uña y carne!», responde la villana (?) dando un nervioso sorbo a su taza de té.
Obviamente no cuela, pero uno se ríe. Yo pienso que algo parecido debió de suceder en la oficina de empleo del Ayuntamiento de Móstoles a lo largo de las primeras semanas de reinado mandato de Noelia Posse:
– «¡Buenos días, camarada funcionario! Vengo a por un curro, Noelia me ha dicho que me pasara por aquí…
– ¿Noelia quién?
– Noelia la alcaldesa, claro.
– Ah… Porque, ¿usted es…?».
Y aquí, elijan ustedes libremente (nuestras fuentes para lo que sigue, son los diarios ABC y Libertad Digital, en sus respectivas versiones cibernéticas):
– La hermana, nombrada «coordinadora de mensajes y responsable de redes sociales del Ayuntamiento de Móstoles» con unas retribuciones anuales de 52.000 euros.
– El tío, nombrado director técnico de Deportes, habiendo sido previa y fulgurantemente ascendido de su antiguo puesto de auxiliar administrativo de Cultura, con una subida de sueldo de un 16%, llegando a obtener una retribución de 82.000 euros.
– El ex novio, para quien se aprobó un complemento salarial de 800 euros al mes en su cargo de supervisor del «Grupo de Intervención Especial del Ayuntamiento» un organismo creado durante el mandato de la propia alcaldesa.
– El amigo dentista nombrado, lógicamente, pues para eso estudian los odontólogos, gerente del Instituto Municipal del Suelo.
– La amiga de la infancia y amiga del amigo dentista, nombrada «coordinadora del Gabinete de la Alcaldía» pues, como es de sobra conocido, el Alcalde de Móstoles tiene una agenda pública sólo comparable a la del Presidente de los Estados Unidos o a la de Isabel Pantoja.
– El «socialista histórico» nombrado gerente de Urbanismo, cuyo mandato fue revocado por el juez al demostrarse que no podía acreditar sus supuestos y legalmente requeridos 15 años de experiencia.
– La falsificadora, nombrada coordinadora de Urbanismo tras certificar, falsamente, que el suprascrito tenía la experiencia requerida.
Et caetera.
La historia de Yzma y Kuzco que es, mutatis mutandis como si Luis XIV hubiese tenido de Primera Ministra a Margaret Thatcher, podría haber tenido un final mucho más feliz si en vez de perseguir llamas parlantes por unos Andes de fantasía, la buena de Yzma se hubiese pasado por Móstoles:
«- ¡Buenos días! Vengo a ver si mi queridísima Noelia Posse me consigue un buen puesto.
– ¡Claro, buena mujer! ¿Y usted quién es?
– Yo soy prima tercera del cuñado de la sobrina de su tía abuela…
– Veamos… ¿Tiene experiencia en Urbanismo?».
G. García-Vao