El obispo Luis Argüello y su mensaje sobre la democracia

El Obispo Luis Argüello. Europa Press.

Hace varios días me enviaban un tweet del Obispo Argüello (secretario general y portavoz de la CEE) y me lo acompañaban de un: «para que veas: también hay obispos a los que no les gusta la democracia…»

Lo que escribe el Obispo Argüello en ese mensaje es verdad, pero la política eclesiástica se ha dedicado a contradecirlo sistemáticamente.

Quizás el señor Obispo ha querido desmitificar la democracia y romper con el discurso dominante.

Tal vez sería mucho más honrado señalar a quienes se han apuntado a ese discurso que él critica, que no han sido otros que los mismos eclesiásticos. Explica don José Miguel Gambra, en su artículo «El liberalismo católico», la influencia que han tenido los eclesiásticos en la política de los católicos. En cómo han promovido la democracia actual, cómo se han metido a aconsejar el voto a tal o cual partido y de cómo han impedido las formaciones políticas de los católicos. 

Retomando la idea inicial, se puede decir que el clero español ha sido, en parte, responsable de la entronización de la democracia. ¡Tantos han sido los eclesiásticos que no han dudado en apelar a los «valores democráticos» cuando han querido meter al rebaño en el redil!

Tenemos recientes los discursos sobre la pandemia covid. No les importó cerrar las Iglesias y defender los «valores constitucionales» con tal de no ser señalados y, por supuesto, no entrar en conflicto con el poder político. La Iglesia esclava y arrastrada ante los poderes de este mundo. Es tan escandalosa la falta de fe que han considerado el discurso democrático más eficaz que el discurso sobrenatural.

Entiendo que un tweet es un espacio de expresión limitado, pero tengo la esperanza de que pueda seguir profundizando y encontrar las causas de esta crisis:

Una democracia liberal, fundamentada en una constitución sin Dios, cuyos frutos están a la vista; aborto, divorcio, eutanasia y cuesta abajo y sin frenos hacia una absoluta descristianización de la sociedad. «Si Dios no construye la casa, en vano se afanan los albañiles». Salmo 126.

Belén Perfecto, Margaritas Hispánicas