Sobre el nuevo Jefe de Estado de Gran Bretaña (y II)

El actual Jefe de Estado británico durante una visita a Arabia Saudí en 2014. Fayez Nureldine/POOL

En 1980 comenzaría la cimentación de un grupo conocido como «La Academia Temenos» (nombre oficial, «Temenos Academy of Integral Studies») fundada por una cabila de estudiosos (entre ellos la mencionada Raine) y otros filólogos, artistas o traductores. Su objetivo sería el de extender la filosofía perenialista, intentando dar una burda equidad de las tradiciones frente a un mundo decadente (ciertamente identificando los problemas, sin aceptar que sólo son parte de una post-cultura).

Su mecenas fue el príncipe Carlos, que es también conocido por ser lector del apóstata René Guénon. Entre quienes leen estas líneas, quizá alguno haya escuchado cómo lo cita en un vídeo de reciente circulación donde se habla del susodicho autor. Se puede notar que su filosofía influye y moldea ese grupo de pensamiento, que intenta siempre gestionar charlas entre sufitas, neopaganos hindúes o «cristianos protestantes». Desde el agravamiento de la percepción que algunas sociedades europeas van adquiriendo con respecto al mundo mahometano, Carlos Windsor ha intervenido a favor de los mahometanos bajo una visión obviamente moderna, apelando a unos supuestos precedentes de la jurisprudencia islámica o un pasado falso― del propio mahometanismo. Citamos a continuación un discurso que pronunció en el Centro de Estudios Islámicos de Oxford en 1993: «El islam es parte de nuestro pasado y futuro ayudando a crear Europa, es parte de nuestra herencia, no algo separado». Esta línea de discurso también se encontraría durante los años siguientes en unas declaraciones privadas del entonces primer ministro Tony Blair, cuando se pronunció contra la invasión a Iraq en el sentido de que forzar la implantación de un sistema occidental sería un intento destinado al fracaso.

Lo más curioso de los ejemplos expuestos es que coinciden con las acusaciones hechas por el fallecido heterodoxo brasileño Orlavo de Carvalho contra el aristócrata británico, al decir que ese interés por los mahometanos en realidad ocultaba que Carlos Windsor era miembro de una sociedad sufita fundada por el perennialista suizo Frithjof Schuon (quien al apostatar al islam tomaría el nombre de «Isa Nuraddin») y que la apertura de Europa al mahometanismo comenzaba por sus elites intelectuales en Oxford y Cambridge antes que por las masas de trabajadores (cabe recordar que las clases altas británicas tienen un precedente histórico en aquel interés por el exoterismo, desde el rosacrucismo durante los periodos estuartianos y la usurpación hannoveriana, hasta el espiritismo en diferentes tonalidades de la época victoriana). Estas afirmaciones encuentran eco en cierta profecía, involuntaria del escritor G.K. Chesterton en su obra «La taberna errante» en la que relata cómo las élites de su país imbuidas por el progreso y el deseo de «unir» Occidente y Oriente bajo una versión edulcorada del mahometanismo, obtendrán como resultado final un sincretismo que no es ni lo uno ni lo otro, sino un culto postmoderno, curiosamente como vemos en la actualidad.

Para finalizar, Van der Post dejó una entrevista para su publicación póstuma; en ella expresaba su deseo de que Carlos nunca se convirtiera en Jefe del Estado, ya que esto lo aprisionaría, sería más importante que Carlos siguiera siendo un gran príncipe. «Ha sido educado de una manera impresionante… Es un hombre natural del Renacimiento, un hombre que cree en la totalidad y en la totalidad de la vida… ¿Por qué si intentas contemplar tu ser natural se debe pensar que eres peculiar?». Esto representa bien al nuevo Jefe de Estado de Gran Bretaña, un hombre que a pesar de tener ciertas alertas y perspectivas claras, está marcado por el entorno donde fue criado, y también por la época en la que vive, en una sociedad ya consumida y agotada (de lo cual su familia tiene responsabilidad en parte). Verá el crepúsculo de su nación, la cual fue otrora nuestro gran enemigo.

Maximiliano Jacobo de la Cruz, Círculo Tradicionalista Blas de Ostolaza