Como colofón del sexto ciclo de negociaciones, las delegaciones del Gobierno de Colombia y de la guerrilla «Ejército de Liberación Nacional» (ELN) firmaron en La Habana este lunes 5 de febrero un breve documento en el que acordaron prorrogar por 180 días el cese al fuego bilateral, nacional y temporal que inició el 3 de agosto del año pasado.
En contraste con lo que se había pactado inicialmente, esta tregua incluye el compromiso del ELN de suspender las «retenciones de carácter económico», esto es, los secuestros. Lo que no significa que vayan a liberar a los secuestrados.
¿A cambio de qué? De la creación de un «fondo multidonante» que recogerá aportes supuestamente destinados al avance del «proceso de paz», idea que ya había puesto sobre la mesa Gustavo Petro, pasando a ser realidad lo que antes parecía un chiste de mal gusto.
Ahora, con la financiación que recibirán de cuanto amigo del terrorismo exista sobre la faz de la tierra, los oligarcas del ELN vivirán un poco más cómodos entre Cuba y Venezuela, y ocasionalmente dejarán caer de su mesa alguna que otra migaja para sus combatientes recluidos en las selvas de Colombia.
Agencia FARO, Colombia.
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