Más de 2.000 tractores han colapsado la ciudad de Barcelona este miércoles 7 de febrero, festividad de San Romualdo —fundador de la Congregación Camaldulense— y aniversario del fallecimiento del Beato Pío IX (†1878), del Obispo Torras y Bages (†1916), y del filósofo carlista Francisco Canals (†2009), defensores todos ellos del campo y de la Tradición.
Los manifestantes provenían de todas partes del Principado de Cataluña y han accedido a la Ciudad Condal desde varias vías casi simultáneamente. Los primeros han sido los provenientes de Gerona y de Vich, que han tomado la Avenida Meridiana poco después de la hora del Ángelus. Dos horas más tarde, los de Tarragona y Lérida han entrado triunfalmente por la Avenida Diagonal.
Violando la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) establecida por la anterior alcaldesa, Ada Colau, los agricultores han accedido con sus tractores —carentes de etiqueta medioambiental— hasta el centro mismo de la capital catalana. Los que entraron por la Meridiana, han estacionado sus vehículos en los carriles centrales de la Gran Vía, mientras que los que llegaron por la Diagonal los han aparcado en medio de la calzada de esa misma Avenida.
Desde estos lugares, los manifestantes han continuado a pie hasta la Plaza San Jaime con el objeto de tomar el centro político del Principado y reunirse con el presidente de la mal llamada Generalidad, Pere Aragonés, y con el Consejero de «Acción Climática» —antes denominada «Agricultura»—, David Mascort, ambos de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).
Mientras las autoridades públicas, de ERC, recibían las quejas de los manifestantes, los dirigentes de ese mismo partido han tratado de capitalizar la tractorada: Oriol Jonqueras, presidente de la misma ERC, se ha unido a los manifestantes durante las marchas en las carreteras; y su portavoz, Diana Riba, ha defendido en twitter a los manifestantes, en un alarde de democrática esquizofrenia.
Durante el avance de los agricultores por el centro de la ciudad, muchos barceloneses se les han acercado, o han salido a los balcones, para aplaudirles y apoyarles en sus reivindicaciones. A saber: contra la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea, la cual hace inviable la agricultura autóctona pues, por un lado, la somete al nuevo modelo europeo de regímenes «ecológicos» y, por el otro, establece acuerdos de libre comercio —en desigualad de condiciones— con terceros países, extracomunitarios y poco «ecológicos». Y contra las políticas regionales y estatales que, no contentas con perder la soberanía agrícola ante el Leviatán europeo, además han sido incapaces de gestionar los recursos hídricos y prever la actual escasez de agua.
Tras esta jornada de protestas, centenares de agricultores pernoctarán en Barcelona, mientras otros regresan a sus lugares de origen.
Marchas similares se iniciaron en Francia hace dos semanas y posteriormente se han extendido a toda Europa. El campo del viejo continente se alza contra la Europa estatalista de los eco-burócratas liberales de ciudad.
Círculo Tradicionalista Ramon Parés y Vilasau (Barcelona)
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