Hoy rescatamos algunos dictámenes morales de Juan de Palafox, quien fuera Obispo y Virrey de la Nueva España. La concisión y el valor de estas breves reflexiones, sin duda aprovecharán al lector:
Dictámenes morales, por Su Ilma. Don Juan de Palafox y Mendoza
Lo primero que debe hacer cualquier hombre cuerdo y cristiano es formar buenos dictámenes en las materias que ha de obrar y, después de formados, ejecutarlos; como el que quiere asegurar el escribir derecho, primero hace la regla y señala las líneas y con esto corre rectamente la pluma, y como el pintor que primero hace la idea en la imaginación, después el dibujo y últimamente la imagen; y así se ha de reparar en los buenos dictámenes, y porque no se pierda el mundo ni yerre por falta de consideración: Quia non est qui recogitet corde, dice el Profeta.
Por esto he querido para mí mismo escribir aquí, como se me fueron ofreciendo, algunos dictámenes que sirven de reglas a diversas materias en que puede ocuparse el discurso, el consejo o la ejecución.
I
No se pueden conseguir cosas grandes sin despreciar y tolerar las pequeñas, y aun tal vez las grandes.
II
Del amor y de la cortesía dales a todos cuanto pidieren y conténtate con lo que te dieren.
III
Haz las cosas de manera, y tales, que si no se premian en esta vida se premian en la otra.
IV
De callar, raras veces consigue daño el que calla, del hablar mucho suele granjearse y muy grande.
XXIII
No puedes hacerte de todos amado, pero a todos puedes hacerte amable y digno de amor.
XXV
Tres cosas cansan mucho y la cuarta aborrece mi alma: primera, el pobre soberbio; segunda, el rico avariento; tercera, el magistrado insolente; cuarta, el ingrato a los beneficios
Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta