El Ángel de Aralar y las cadenas de la «sana laicidad»

San Miguel de Aralar Navarra

El santuario de San Miguel de Aralar es uno de los lugares más emblemáticos de Navarra. Se encuentra en la Sierra de Aralar, un espacio de gran belleza natural. Es uno de los templos cristianos más antiguos de Navarra. Su iglesia, joya de la arquitectura románica, alberga un bellísimo frontal de esmaltes, obra maestra de la orfebrería europea del siglo XII.La imagen de San Miguel de Aralar, siguiendo una enraizada costumbre, recorre cada año en diferentes salidas cientos de pueblos, parroquias, colegios y entidades públicas. El Ayuntamiento y el Gobierno de Navarra entre ellas. Fue Ignacio Baleztena Ascárate, insigne carlista y diputado foral en 1925 quien consiguió que se restableciera la antigua costumbre de la visita de la imagen del Santo Patrono de Navarra al Palacio de la Diputación.(1)  Actualmente como tantas costumbres y devociones unidas a la fe popular, esta también ha ido perdiendo su fuerza como consecuencia de la «sana laicidad» grabada a fuego en la mentalidad católica actual.

Vinculada a este cristiano lugar está la historia de Teodosio, antiguo noble, nacido en Goñi (Navarra), valle situado junto a la sierra de Andía, que parte a la guerra contra el moro, dejando en casa a su joven esposa y a sus padres ancianos. Un día, mientras regresaba del campo de batalla, el guerrero se encuentra con el diablo disfrazado de peregrino, el cual le dice que su mujer le engaña con un criado. Obcecado, el caballero llega a casa al atardecer, y al ver acostadas dos personas en su lecho, las mata sin darse cuenta de que en realidad eran sus padres. El guerrero se da cuenta de su error al salir a la calle y encontrarse con su mujer, que venía de la iglesia.

Horrorizado y arrepentido, el parricida viaja a Roma, para pedir la absolución del Papa. Éste le impuso la penitencia de vivir fuera de toda población, llevando una gruesa cadena ceñida al cuello y a la cintura y una cruz de madera a cuestas, hasta el día en que, por el desgaste, la cadena quedara rota. Un día que se encontraba el desgraciado penitente cercano a una profunda sima, un dragón que vivía allí se dispuso a atacarle y entonces Teodosio se encomendó a San Miguel, quien apareció rodeado de un gran resplandor y llevando sobre su cabeza una gran cruz, mató al dragón y rompió las cadenas que apresaban al hombre. Teodosio entonces construyó allí un templo donde se había obrado la aparición y dedicó el resto de su vida al culto del arcángel.[2]

La efigie de madera y recubierta de plata, que hoy se venera fue dejada ahí mismo por el propio santo arcángel. Las cadenas que llevó Teodosio son las que cuelgan en el exterior de la capilla y el hueco que hay a la derecha del altar comunica con la legendaria sima… Historia sobrecogedora con profunda carga moral.

El Ángel de Aralar está estos días en Pamplona, pero este año, no podrá entrar en el Palacio de Navarra. El vicepresidente primero y portavoz del Gobierno navarro, el socialista Javier Remírez, ha justificado que el Ángel de San Miguel de Aralar no visite el Palacio de Navarra porque el Ejecutivo socialista navarro quiere «avanzar en la laicidad de los espacios públicos».

Grabado de Miguel Ángel Astiz, del libro Romerías Navarras escrito por Dolores Baleztena

El portavoz sostiene que en el Gobierno tienen «el máximo respeto a todas las expresiones religiosas» y van a «amparar el libre ejercicio de la ciudadanía» pero, ha puntualizado: «pensamos que los espacios públicos tienen que ser neutros en este aspecto».

Medios navarros conservadores se han escandalizado ante la negativa de Remírez Apesteguía, de que el Ángel de Aralar no visite el Palacio de Navarra. La cristofobia avanza, decían unos. Mientras que otros apelaban a la «laicidad positiva» y la «libertad religiosa» para rasgarse las vestiduras ante tamaña violación de dicha «laicidad» y de dicha «libertad».

—«Que respeten Nuestro Ángel. ¿No respetan también el Ramadán?»—, me  decía una señora el otro día a las puertas de una de las iglesias navarras visitada por el Santo Ángel.

Explica D. Miguel Ayuso cómo «la laicidad (…) acaba en un callejón sin salida. De un lado, no sólo no resuelve ningún problema político o social, sino que los agrava. De otro, la laicidad incluyente concluye por ser más absurda que la excluyente, pues no busca siquiera como ésta la pseudo-solución ideológica, que algún aspecto positivo conservaba, sino que ingresa derechamente en los predios del nihilismo».

San Miguel en la Diputación de Navarra

Roguemos a San Miguel Arcángel para que, así como hizo con Teodosio y rompió sus cadenas, rompa las cadenas de la «sana laicidad». Aunque en este caso necesitará contar con los ruegos de las víctimas de ésta, que son los católicos, y no sé si están por la labor de librarse de ellas. Parecen ser más fuertes incluso que el grave pecado de Teodosio.

(1) http://premindeiruna.blogspot.com/2011/04/el-angelico-de-aralar-visita-la.html

(2) La historia y los datos correspondientes han sido copiados a modo de resumen de la página del santuario. https://www.sanmigueldearalar.org/

Belén Perfecto, Margaritas Hispánicas