Memoranda protocolaria

Al fondo en esta imagen, el Jefe del Estado español, sentado.

Interesantísimo el revuelo causado por la «sentada» «regia» de Felipe Juan al paso de la «espada de Bolívar» (no pongo «del Libertador», porque no hay bastantes comillas en el mundo):

Interesantísimo que el sanchecismo no haya aprovechado la ocasión para arrojar al lodazal del público desprecio a la Corona constitucional (o para arrojar al lodazal constitucional a la Corona, públicamente despreciada ya, que tanto monta).

Interesantísimo que Podemos que no teme a Dios ni al diablo ni rinde más que un culto ingrato y resentido a sus «padres intelectuales» se permita hablar de «reliquias» y de la reverencia que les es debida, cuando ya ni la Iglesia venera las auténticas reliquias de los auténticos Santos.

Interesantísimas las derechas: las moderaditas, diciendo que las espadas no merecen levantamientos ni muestras públicas de honor. Eso, las banderas y los himnos. Las patrióticas, diciendo que cómo se va a poner en pie el Rey de España al paso de la espada de un traidor. Que no les falta razón, por una vez, a ningunas.

¿Qué diremos nosotros? Proponemos, para solucionar esta grave crisis, una serie de memoranda de protocolo Progresista y Democrático, para uso de monarcas constitucionales y otras gentes del paño:

«Quien jura una Constitución, jura cualquiera. Una constitución (cualquiera) es liberalismo en estado puro. Un constitucional (cualquiera) es un liberal.

El que es liberal en España, es liberal, por definición, contra España. El que es liberal y español, no puede, moralmente, oponerse a la secesión de la América Hispánica.

La Libertad es Santa. Por no decir que Libertad es el dios de los tiempos modernos. Todo paladín de esa Libertad es santo y venerable para el feligrés liberal.

Bolívar es el liberal hispanoamericano ‘químicamente puro’, es decir, es el Santo de los Santos de la Libertad (junto con Jorge Washington, pero ahora no es el tema).

Todo lo que ha pertenecido a un santo es una reliquia de segunda clase. Por tanto, la espada de Bolívar lo es.

Las reliquias se veneran en atención al santo de quien proceden: a mayor dignidad del santo, mayor reverencia debida.

La espada del Santo de los Santos, merece la máxima reverencia terrenal para los feligreses de la Libertad».

En suma, ni sentado, ni de pie: qué menos que Felipe se postrase de rodillas ante la Sacra Espada de la Libertad.

Justo Herrera de Novella