En el Centro Cultural de los Ejércitos, de Madrid, se ha celebrado la LX Reunión de amigos de la Ciudad Católica. Organizada, como siempre, por la Fundación Speiro, editora de la revista VERBO, que fundaron en 1961 Eugenio Vegas Latapie y Juan Vallet de Goytisolo. Y con la colaboración, como desde hace más de un decenio, del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II. El tema, con un programa dividido en dos partes, fue el de «La obra de la Ciudad Católica en la cultura católica contemporánea».
La primera sesión contó con cuatro ponencias, que desarrollaron el contexto histórico, intelectual, religioso-político y español en que surgió la Ciudad Católica. El historiador John Rao, director del Roman Forum (Nueva York) se ocupó de indicar las coordenadas de un momento en que, tras la Segunda Guerra Mundial, iba a eclosionar el americanismo. Bernard Dumont, director de la revista parisina CATHOLICA, por su parte, examinó las corrientes intelectuales que determinaron el surgimiento en Francia de la Cité Catholique, en la que la española —más de un decenio después y sin ser meramente una copia— se inspiró. Mientras que el profesor Danilo Castellano, director de INSTAURARE y del Centro de Estudios Políticos del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, puso el foco en el combate en favor de la realeza social de Nuestro Señor Jesucristo, que constituye el corazón de la Ciudad Católica. Miguel Ayuso, finalmente, presidente de la Fundación Speiro y del Consejo Felipe II, trazó la historia del nacimiento y desarrollo de la obra en España, con los distintos aportes, entre los que la Comunión Tradicionalista tuvo particular relevancia. Los nombres de Rafael Gambra, Alberto Ruiz de Galarreta, Francisco Elías de Tejada, Álvaro d’Ors o Francisco Canals, fueron evocados junto con los de Eugenio Vegas Latapie y Juan Vallet de Goytisolo.
Tras el almuerzo se desarrolló una segunda sesión, igualmente con cuatro ponencias, sobre los temas centrales tratados en las Reuniones de amigos de la Ciudad Católica y que recorren las páginas de VERBO. Fue presidida por Juan Cayón, rector de la Universidad de Diseño, Innovación y Tecnología. En primer lugar, el investigador del CONICET argentino y director del Centro de Estudios Históricos del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, Juan Fernando Segovia, se refirió a las cuestiones filosóficas, mientras que el joven jurista sevillano Javier Fernández Sandoval trató de las históricas y, particularmente, del sentido de la historia. A continuación, Luis María De Ruschi, canonista y profesor de la Universidad del Salvador en Buenos Aires, expuso los distintos aportes sobre el derecho y el derecho natural, al tiempo que el constitucionalista chileno Julio Alvear trazó el panorama de los relativos a la sociedad y la comunidad política. Unas breves palabras de conclusión de Miguel Ayuso, pusieron fin a la edición de este año, la sexagésima, abriendo el camino a la que Dios mediante tendrá lugar en 2024, que ya está en elaboración.
Asistieron más de un centenar de personas, entre las que se encontraban miembros de los Círculos carlistas de Madrid —con su presidente Eugenio Barrera al frente—, Sevilla y Valencia. También una buena parte de los redactores de LA ESPERANZA. Pudimos distinguir a Francisco José Fernández de la Cigoña, de la primera hora de la Ciudad Católica, que ahora mantiene un personalísimo cuaderno de bitácora de información religiosa. También a los generales Ruiz del Árbol y Estanislao Cantero. O al conocido historiador argentino Marcelo Gullo junto con el presidente de la Sociedad Peruana de Historia Fernán Altuve-Febres. Igualmente al gran escritor y querido amigo Juan Manuel de Prada. Y al secretario del patronato de la Fundación San Pío X, Juan Manuel Rozas. Y al catedrático Andrés Gambra, que está impartiendo un muy seguido curso sobre la monarquía hispánica en Las Conversaciones de La Esperanza. Javier Vallet y Bernardino Marrero no quisieron perderse el recuerdo que de sus padres se hizo en la reunión. El jurista italiano Rudi Di Marco parece que se ha hecho fijo… En resumidas cuentas, no sólo se trató de una nutridísima sino también destacadísima presencia.
Agencia FARO
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