Bachelet sin medida

SU FIGURA, AL SER UNA CARTA TAPADA, ES CAPAZ DE BLANQUEAR CUALQUIER COSA

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Antaño siempre era loable el ejercicio de la moderación para el buen vivir; también para el buen vivir social al ejercer cargos que tengan relación con la polis o la comunidad política. Ahora, en la actualidad, los políticos no son más que ventrílocuos que repiten las consignas y monsergas que ellos nada más pueden absorber por sí mismos, sobre todo al estar desprovistos de toda capacidad de análisis; porque sería imposibles atribuirles una virtud tan elevada como la sabiduría.

En la actualidad tenemos varios políticos que de manera impune ejercen y exhiben sus vicios absolutamente azufrados, pero siempre bajo ese halo sacral, como si estuviera sacrificando algo, y que, de manera permanente, su imagen, muchas veces de faz doliente y compungida, solo esconde la lujuria y el bulímico desempeño para obtener y ostentar el poder.

En el mundo tenemos varios ejemplos. Sánchez en España; Macron en Francia; Lula, en Brasil; en nuestro Chile: a nuestra Michelle. Ciertamente, su persona es una imagen para el culto de la progresía de nuestro país y, por qué no, del mundo. Pero doña Michelle ha alcanzado esa sima porque representa eso que es tan chileno: «hacer las cosas nada». Sabemos que Borges despreciaría una frase de esa índole, así como él ha despreciado la poesía de Mistral o Neruda. Y eso porque para entender la forma mentis de Chile, hay que remitirse al dialecto de la tribu de un país de una loca geografía.

De manera que «hacer las cosas nada», calza con esa forma tan chilena, que es socarrona, astuta. Como dijo muy bien un humorista, nuestra Michelle tiene esa cara «de que ella nunca fue». Esta expresión es utilizada en Chile para destacar la habilidad innata de salirse con la suya. Doña Michelle, escapó el juicio de la justicia legal y social por su connivencia en la muerte de más de 200 compatriotas en el tsunami que afectó las costas de Chile el 2010. Su subsecretario, Patricio Rosende, fue el único responsable legal. Basta recordar que este cargo está en directa relación institucional y legal con la presidencia de la República. Escapó ella también, del juicio público y social, cuando su hijo recurrió «como ciudadano privado», junto a su pareja, ante el dueño de un banco para adquirir un crédito millonario que ningún chileno, en las mismas condiciones, sería capaz de obtener. Sin embargo, ella, sobrevivió.

Pero ella sobrevive, y sobrevive por esa cualidad descrita. Empero ella solo sobrevive. A donde va, sale de manera sigilosa y reptante. Y esto es porque ella no es inteligente, ella es connivente. Basta ver su participación en todos los organismos internacionales. Su persona no tiene principios; al ser connivente muestra siempre su modesta sonrisa, pero ella es Kathy Bates en Miseria (¡agradeció a Hoenecker por haberla recibido en Alemania oriental!), y aun así es capaz de hablar con total desenvoltura de derechos humanos. Ella señaló en un debate de primarias-de manera glacial e inequívoca-que no le cabía ninguna responsabilidad en su actuar(negligente) al no premunir a la población por el desastre marítimo que nos iba a azotar producto del terremoto. Ella con su convivencia, ha deteriorado-desde su primer gobierno-todas las instituciones de nuestro país y su partida siempre ha sido igual: sigilosamente.  

Recuerdo que hace unos años atrás, un columnista dominical, miembro del Opus Dei, señaló en su columna de manera titular «Bachelet no es Thatcher, es Merkel». Frente a esta comparación tan boba, tan insustancial, no vamos a detenernos: solo denunciar la simplonería de muchas de nuestras personalidades

Ahora se dice que su nombre es carta para la Secretaría General de las Naciones Unidas. ¿Cómo va a manejar a China? ¿Dirá algo sobre el genocidio de los Uigures? ¿cuál es su posición ante el exterminio en Gaza? Dice que se debe activar el artículo 99 de la carta de las Naciones Unidas, pero ¿tiene el talante para asumir ese riesgo? Bien el juicio de un historiador señala sobre ella que es «una carta tapada, un modelo de marketing». Sin más, lea la entrevista que le hizo el diario «El País» de España (diciembre de 2023). Ahí sabrán a lo que nos referimos. Su figura, al ser una carta tapada, es capaz de blanquear cualquier cosa; su personalidad, convierte lo que un modelo de marketing es capaz de hacer: hacer tragar a una persona virtuosa, lo más abyecto de la ideología imperante. Pero ay, Michelle… Michelle, Michelle, no se te olvide que los conniventes son la carroña de la Historia.

Nicolás Fernández-Aránguiz, Círculo Cultural Antonio de Quintanilla y Santiago

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