Esta semana se conoció que Laura Sarabia, exjefe del gabinete petrista recordada por maltratar a una niñera y por estar involucrada en la entrada irregular de dinero a la campaña presidencial de Petro, fue nombrada directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE) como reemplazo del verde Carlos Ramón González, antiguo miembro del M-19.
Tras haber pasado unos meses al mando del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DPS), Sarabia finalmente escaló al DAPRE, donde tendrá como encargo, según la Ley 55 de 1990, asistir a Petro «en el ejercicio de sus facultades constitucionales y legales, y prestarle el apoyo administrativo y los demás servicios necesarios para dicho fin», que no es poco decir. Será también responsable de realizar la «difusión de la gestión gubernamental», labor importantísima para el presidente-tuitero, por lo que creyó conveniente encomendársela a una persona de su máxima confianza.
Laura Sarabia vuelve, pues, por la puerta grande. Pero luego de que Petro se asegurara del silencio de Benedetti ─enemistado desde el año pasado con su antigua colaboradora─, nombrándolo embajador de Colombia ante la FAO, con sede en la lejana Roma.
Agencia FARO, Colombia.
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