Domingo 25 de febrero
Tranquera Blanca/ «San Genaro»
Cuando amanece el último día, la ensillada, a diferencia del primer día, se desarrolla con orden y puntualidad. Los cabalgantes, ya aceitados, muestran una cohesión en sus movimientos impensada hace unos días.
Llegados a la curva, el momento de la entrega de los reconocimientos es el último acto antes de ingresar en «San Genaro».
Reconocidos por sus pares, los abanderados y escoltas encabezan la columna que avanza hacia la capilla. En esa columna, invisible para los ojos humanos, se portan esas florecillas que se recogieron en el camino por medio de los pequeños y grandes sacrificios realizados por los cabalgantes.
Las ofrendas son depositadas a los pies de Nuestra Señora, junto con la consagración a su Inmaculado Corazón.
La cabalgata ha terminado: desde «Santa María» hasta «San Genaro». Hemos salido de una fortaleza y hemos llegado a «San Genaro», donde nos refugiamos en otra: la del Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen.
¡Ave Cor Mariæ!
Patricio Laxague
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