La Leyenda Negra: nuevos capítulos

La Leyenda Negra ha desarrollado, en el último siglo, tres capítulos adicionales, respecto a los cuales no parece haber todavía una refutación sistemática

Afortunadamente cada vez son más los hispanos que no sólo han escuchado hablar de la existencia de la Leyenda Negra, sino que incluso han leído con atención a autores que la refutan, cada uno según su perspectiva y desde la óptica de su especialidad.

Dentro de la literatura que ha contribuido a refutarla se encuentran textos en cierto modo clásicos como el de Julián Juderías y, en Méjico, la Inquisición sobre la Inquisición de Alfonso Junco: autores conscientes de su existencia y de la necesidad de enfrentarla. Se encuentran, asimismo, autores que, sin desplegar abiertamente una contraofensiva apologética, han tenido un efecto similar con el decurso natural de sus investigaciones: desde el célebre Hugh Thomas hasta Juan Miralles, sin obviar a Règine Pernoud, la ilustre medievalista. En los últimos años, con el logro adicional de haber sabido aprovechar el Internet, han tenido un éxito considerable autores como Elvira Roca Barea y Marcelo Gullo Omodeo, de inclinaciones ideológicas sospechosas pero que como refutadores de la Leyenda Negra no pueden faltar en un status quaestionis actualizado: se han ganado un lugar y no precisamente menor.

Procedentes de Gringoamérica los hay también y de extraordinaria calidad: desde William T. Walsh —cuyos libros, alguna vez traducidos y editados por la Espasa-Calpe, sería extraordinario recuperar— hasta William S. Maltby, sin olvidar a Warren H. Carroll, cuyo libro Our Lady of Guadalupe and the Conquest of Darkness tiene el grosor de una tortilla de maíz pero es más potente que los misiles hipersónicos iraníes. Textos escritos en lengua no cristiana, pero que creemos constituyen un auxilio invaluable en la Reconquista de la Apachería y de las Filipinas.

Por su temática, creemos que los textos refutadores de la Leyenda Negra pueden clasificarse en las mismas dos partes que tiene ésta: los relativos a la defensa de la Iglesia en general, y los relativos a la defensa de España en particular. Pero creemos que, a pesar de los grandes esfuerzos emprendidos por autores como los citados, ha faltado percibir que la Leyenda Negra ha desarrollado, en el último siglo, tres capítulos adicionales, respecto a los cuales no parece haber todavía una refutación sistemática. 

El primero, de carácter específicamente anti-hispánico, es el ataque incesante contra los Borbones hispánicos, lluvia de calumnias cuyos destinatarios son desde Felipe V hasta el actual reclamante. Comenzada en el siglo XIX, ha sido desde su inicio bandera de sediciosos que, so pretexto de austracistas, no sólo ignoran el vergonzoso paradero ideológico de los Habsburgo de Austria—ya desde el siglo XVIII—, sino que pregonan los republicanismos más groseros.

De la nueva andanada de ataques negrolegendarios el segundo es de carácter más académico y, a diferencia del anterior, no es anti-hispánico en especial, sino anti-católico en general. Se trata del tópico de la «Escolástica decadente», ataque usualmente dirigido contra el pensamiento católico post-tridentino y, en una de sus variantes, contra todo el posterior al Aquinate. Tal ataque suele tener como pretexto la recuperación de Aristóteles y la Patrística, pero cuyo lamentable efecto siempre es la promoción de los germanismos recientes, con consecuencias devastadoras. Está sustentado, como es natural, en una verdad a medias: el declive del Saulchoir, punto que sólo una investigación especializada podría poner en su justo sitio, sin olvidar también que, si bien Francia tiene un lugar especial en la Cristiandad, conviene no estudiarla de manera exclusiva.

Y el tercer ataque en necesidad de refutación, quizá el más doloroso de todos, es interior a la Iglesia misma, y es llevado a cabo por el propio clero, mostrando así el carácter especial de la nueva andanada negrolegendaria, otrora llevada a cabo por los enemigos de la Fe desde el exterior. Nos referimos a la ofensiva contra la Iglesia pre-conciliar, librada no sólo contra su «actitud hacia el mundo moderno», sino contra su Derecho Canónico, su Filosofía, su Teología, su expresión política e incluso contra su espiritualidad. No nos referimos sólo al rechazo de éstos —ello es de suma conocido por cualquier feligrés medianamente practicante—, sino a su denostación sistemática bajo tópicos propagandísticos que presentan una estructura identificable y extraordinariamente similar a los advertidos por la historiografía respecto a otras etapas de la Leyenda Negra.

Rodrigo Fernández Diez, Círculo Tradicionalista Celedonio de Jarauta de Méjico

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