Desde el pasado viernes 27 de octubre comenzó un racionamiento eléctrico en todo el Ecuador, debido a un fuerte período de estiaje o sequía (según el gobierno, la peor en 50 años), en las zonas donde existen las principales centrales hidroeléctricas que provee energía al país.
Desde hace semanas, el gobierno declaró el estado de emergencia del sector eléctrico; pese a que anunció esa medida y luego se retractara, un día antes (el jueves 26 de octubre) confirmó que sí aplicarán dicha medida, por lo que, al día siguiente, comenzaron los apagones.
La medida consiste que en cada jornada habrá apagones programados según lo establecido por la corporación nacional de electricidad (CNEL) para las distintas partes del país. Cada ciudad y provincia tienen un horario de apagones que duran un tiempo determinado de dos a cuatro horas.
Según CNEL, los apagones sucederán en el transcurso del día y no por la noche (debido a la crisis de inseguridad); sin embargo, se ha sabido que varias ciudades del país han sufrido apagones durante la noche.
Esta crisis se prolongará durante los últimos meses del año presente; no obstante, el gobierno prometió superar esta crisis lo más rápido posible. Para resolver esta situación se han logrado acuerdos de suministros de energía eléctrica por parte de los países vecinos: Perú y Colombia.
No es la primera vez que en Ecuador se aplica esta medida: en 1993 durante el Gobierno del conservador Sixto Duran Ballén y en 2009 el del socialista Rafael Correa optaron por esta medida también, pese a que lograron superarla.
Mientras tanto, la ciudadanía se siente inconforme por los apagones, ya que esto está afectando a su diario vivir: los negocios de despensa, empresas, el tránsito por la semaforización, la telefonía, etc. Mientras los servicios de salud y educación continúan con sus actividades normales.
Esta crisis se suma a las otras crisis existentes en el país, ya mencionadas en este periódico. La ciudadanía espera que esto se solucione lo más pronto posible. Además, acusan al gobierno por negligencia administrativa, más aún cuando años atrás se le advirtió de la posibilidad de llegar a esta situación.
Ecuador, J. Arias
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