La viabilidad de la vida en el campo, repoblar la España vaciada. Recuperar los modos de vida naturales y tradicionales. Son asuntos que preocupan a la España de siempre, a los que prestamos atención desde La Esperanza.
Hoy exponemos la situación del olivar jienense entrevistando a Diego González, propietario olivarero de Arroyo del Ojanco, Jaén. Nuestro entrevistado se dedica a la producción agraria y posee un terreno de unas 40 hectáreas. Diego cultiva su olivar de modo tradicional, la forma de producción olivarera que genera mano de obra. Éste es el modo de producción que genera prosperidad, pero se halla al borde de la ruina.
La Esperanza: Gracias por atendernos. ¿Cuáles cree que son hoy los principales problemas y desafíos del propietario olivarero en la provincia de Jaén?
Diego González: El problema es la falta de rentabilidad por los bajos precios del aceite. El desafío que enfrenta un productor a nivel individual es la absoluta mecanización del sector. A nivel colectivo, hay problemas que resolver: aumento de consumo de aceite, lucha contra especuladores y fraudes al consumidor. Para solucionar esto haría falta un Gobierno decente.
Garantizar la rentabilidad de las explotaciones es crear empleo fijo en el sector primario. El trabajador del campo necesita un medio estable para ganarse la vida. Hoy el trabajo en el campo es discontinuo, factor clave en la huida del campo.
LE: Desde hace más de 50 años España experimenta un progresivo abandono del campo. ¿Cómo se podría revertir esta situación?
Diego: Hace falta garantizar la rentabilidad de las explotaciones agrarias y ganaderas. Eso equivale a crear empleo fijo en el sector primario. El trabajador del campo necesita un medio estable para ganarse la vida. Hoy el trabajo en el campo es discontinuo en gran medida. Éste es un factor clave en la huida del campo. La falta de trabajo y el poco trabajo malo que hay empujan a la población al sector servicios. Emigran a lugares más urbanizados. Sobre todo emigra la población joven, en busca de expectativas de futuro.
LE: ¿Qué opinión le merece el Plan de Fomento del Empleo Agrario (más conocido como PER) que sigue vigente bajo el Gobierno regional de Juan Manuel Moreno?
Diego: En mi opinión, es un sistema perverso. Estimula la economía sumergida, consolida el abaratamiento de la mano de obra y el empleo extranjero. El PP lo asume, a regañadientes o no, presionado en parte por los sindicatos.
LE: ¿Y las ayudas de la Unión Europea?
Las ayudas deben centrarse en el olivar tradicional, que es el que verdaderamente genera mano de obra y que está al borde de la ruina.
Diego: Están muy mal diseñadas. Deberían centrarse en el olivar tradicional, que es el que verdaderamente genera mano de obra y que está al borde de la ruina. Hay que descartar las explotaciones intensivas, que producen a un coste muy inferior y emplean a muy pocos trabajadores. Aquí cultivamos tradicionalmente nuestro olivar. La subvención de la UE cubre un 20 % del gasto corriente. El presupuesto se lo comen las grandes explotaciones, y el dinero apenas revierte en la región.
LE: ¿Perspectivas para el futuro?
El avance de las comunicaciones y la mejora de los servicios puede ayudar a repoblar el campo. Pero sin dar medios de vida, trabajo para vivir, la repoblación del campo es imposible.
Diego: El avance de las comunicaciones puede ayudar a repoblar el campo. Hay muchas personas con disposición de volver al pueblo, pero no pueden porque no tendrían de qué vivir. También están mejorando los servicios. Pero sin dar medios de vida, trabajo para vivir, la repoblación del campo es imposible. En el caso de la oliva, los primeros pasos están en avanzar en la comercialización de la producción y el cultivo tradicional del olivar.
FARO/Círculo Tradicionalista de Granada General Carlos Calderón. R. Bueno.