La verdad sobre Adela Zamudio (I)

Adela Zamudio, la anticatólica

Existe una enorme y desproporcionada admiración por la escritora feminista Adela Zamudio en Bolivia. Esto a tal punto que el 11 de octubre es Día de la Mujer Boliviana en honor al nacimiento de la literata, que vivió de 1854 a 1928.

Se suele reconocer la vida y obra de esta mujer como ‘ejemplo de lucha’, tanto en la izquierda como en la derecha política de Bolivia. Asimismo, a pesar de haber combatido duramente a la Iglesia Católica, es actualmente celebrada y reivindicada incluso por católicos.

¿Realmente hizo tantas cosas buenas? ¿Puede un católico admirar su obra? Vamos a analizarlo a detalle aquí.

Advertencia: esta serie de artículos no pretende ser un juicio a la persona de Adela Zamudio en su conjunto. Sabemos que, como todo ser creado por Dios, fue alguien capaz de redimirse, arrepentirse y enmendarse. Si lo hizo o no, solo Dios lo sabe: Él conoce la conciencia de esta mujer, así que aquí nos vamos a centrar en las ideas y la obra de esta escritora, no en su persona.

Además, vamos a partir de la información disponible hasta el momento y en los formatos accesibles por el autor de estos párrafos. El caso de Bolivia, quizás al igual que otros países de Hispanoamérica, es muy especial en cuanto a historiografía. Todavía quedan muchas cosas por desempolvar, analizar y difundir respecto a cómo le fue a los católicos de ese país defendiendo íntegramente su fe durante el turbulento siglo XIX, cargado de ataques contra la verdad, el bien y la belleza. En este entendido, prosigamos.

Día de la Mujer, ¿promulgado por una mujer?

Desde la educación primaria y secundaria, pasando también por los medios de comunicación, se nos suele decir que el Día de la Mujer Boliviana fue decretado por la presidente izquierdista Lidia Gueiler Tejada en 1980, ¿es esto cierto? Ella fue la primera y única mujer en gobernar este país, por tanto, es lógico y razonable que durante su gobierno haya sucedido algo así, ¿no?

El Decreto Supremo Nº 17081, que señala al 11 de octubre como Día de la Mujer Boliviana, aparece fechado el 2 de Octubre de 1979. En ese entonces, según el registro convencional, era presidente Walter Guevara Arze, miembro del mismo partido político de Gueiler.

Sin embargo, en el documento aparece como firmante Lidia Gueiler, ¡y como presidente! ¿No habrá habido alguna situación especial en este momento de la historia, a tal punto que hubo la necesidad de afirmar que su mandato empezó en noviembre de ese año, es decir, después de publicado el decreto?

Ya hubo antes otra situación especial: la historiografía convencional boliviana calla el hecho de que el arzobispo Juan de Dios Bosque presidió la república entre el 27 y el 28 de noviembre de 1873. Quizás también, por similar gravedad de circunstancias, Gueiler fue presidente interina por cierto tiempo en ciertos días, semanas o meses que se atribuyen a Guevara la presidencia de la república.

Pero más allá de eso, hay algo muy interesante: ¡el Día de la Mujer Boliviana ya había sido decretado más de diez años antes! ¡Y por un hombre! Fue el Decreto Ley Nº 7352 del 05 de Octubre de 1965, bajo la presidencia de la Junta Militar de Gobierno conformada por los generales René Barrientos y Alfredo Ovando.

En otras palabras, el Día de la Mujer Boliviana fue promulgado por primera vez no por una mujer, sino por un par de machos, ‘milicos’, el tipo de hombre que las feministas suelen despreciar y difamar. Lo más extraño de todo es que así lo reconoció el Ministerio de Trabajo en recientes declaraciones, a pesar de que entre los firmantes estuvo el entonces teniente coronel Hugo Banzer, futuro presidente, represor de comunistas y muy despreciado por la izquierda.

Puestas las cartas sobre el asunto, es evidente que existe una intención ideológica al proclamar a Lidia Gueiler como artífice del reconocimiento cívico a la mujer boliviana. También hay una clara intención ideológica en hacerlo con Zamudio, pero más adelante explicaremos más a fondo por qué.

(CONTINUARÁ)

Aarón Mariscal, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.