Recientemente, en la ciudad de Madrid, se ha vivido un nuevo episodio de desconcierto entre los votantes de los partidos políticos, con ocasión de la aprobación de unos Presupuestos para el Ayuntamiento, destinados al próximo año 2022. El actual alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, del partido liberal de derecha Partido Popular, ha protagonizado un «escándalo» al «traicionar» a sus aliados electorales del otro partido liberal de derecha VOX, que se oponían a la aprobación de los presupuestos.
Al no conseguir el apoyo numérico suficiente en el Ayuntamiento, Almeida ha debido pactar con miembros del anterior gabinete gobernante, del partido de izquierda Recupera Madrid, concediéndoles varias de sus pretensiones. Entre ellas un homenaje a una escritora de calidad dudosa recientemente fallecida, Almudena Grandes −cuyo mérito para sus admiradores consiste en su apoyo a las atrocidades cometidas por los Revolucionarios contra los cristianos en la Cruzada española de 1936−; una acrecentada subvención para los grupos aberrantes de la ideología de género; el aumento de los recursos para la Policía y demás fuerzas del Estado −por su dócil servidumbre al reforzamiento e imposición de medidas tiránicas gubernamentales−; y otras lindezas como retirar los fondos escasos que se daban a entidades como la Fundación Madrina, encargada de dar de comer a miles de familias en situación de necesidad por la gestión de los partidos políticos durante la pandemia.
Según los camaradas de Almeida «no quedaba otra, y el precio ha sido bajo». La maquinaria del Estado, incluso en esa delegación pseudo autónoma del Ayuntamiento, no puede parar de crecer, y es la prioridad de los mal llamados gobernantes lograrlo, aún a costa de «sacrificar los principios». Los dirigentes de los demás partidos de derecha, incluido el suyo propio, han declarado sentirse traicionados. Los votantes de estos partidos, que votaron creyendo la propaganda electoral que los describía como «anti revolucionarios», ven ahora cómo su apoyo sirvió, una vez más, para ser entregados a la ideología de la Revolución, que creyeron estar combatiendo.
Desde las páginas de La Esperanza, que es voz de la verdadera tradición política española, en múltiples ocasiones se ha advertido del engaño de la Democracia en que están presas las mentes de nuestros compatriotas. ¿Están los partidos políticos de derecha traicionando a sus «principios» cuando apoyan la Revolución? Sus principios nunca fueron los de la España católica, aunque se disfracen con ellos para atraer a la gente más afín a nuestra patria y a nuestra Fe, sino que en todo momento se han fundado en la ideología de Revolución. Por tanto, es imprescindible desengañarse de ellos, y descubrir la verdadera y sana doctrina de la política, que el Carlismo custodia, que jamás pacta con los enemigos de Cristo y de nuestro pueblo.
Gabriel Sanz Señor, Círculo cultural Antonio Molle Lazo