Obituario: Luis García Martínez

Reunión entre carlistas y hedillistas donde destacan Luis García (el tercero por la izquierda) y Juan Manuel Rubio Moscoso (tercero por la derecha)

Ser sietemesino no le impidió morir centenario. El pasado 27 de octubre murió en Valladolid Luis García Martínez con 104 años. Luis estaba fuertemente vinculado al ámbito ferroviario de Valladolid. Se crió en la estación de trenes de Valdestillas y siguió a su padre en la profesión ferroviaria. Desconocedor del carlismo, se integró en el Requeté al comienzo de la guerra gracias a la ayuda de Jesús Casado, párroco de Valdestillas. Así lo contaba Luis:

«El día 1 de Agosto, personalmente, me llevó al Círculo de la Comunión Tradicionalista, sito en la calle Catedral. Automáticamente quedé enrolado en el Requeté y de allí salí con mi camisa caqui y mi boina colorada.  ¡Había ingresado en el Requeté!»

Tras tres meses de labores de vigilancia en Valladolid, se integró en la cuarta compañía del Tercio de Abárzuza, dispuesta en el frente de Somosierra.  Años después contaba sus experiencias en el frente como la convivencia con las ratas y el inmenso frío sufrido en el frente. Tras la guerra, Pascual Jiménez, capitán de requetés de Valladolid, le encargó la reorganización del requeté vallisoletano, a pesar de la persecución de la Falange.

Tuvo un gran papel en el carlismo vallisoletano durante el franquismo y en el círculo Vázquez de Mella como secretario, junto a personajes como González de Echávarri, Alonso de la Hoz, Rubio Moscoso, Piorno Martín de los Ríos, Martínez-Fortún y otros. Firme opositor a la nueva deriva que trataron de imponer los hermanos Carlos Hugo y María Teresa, Luis García impugnó a la totalidad y por artículos el nuevo estatuto del Partido Carlista. De esta época mantenía un interesante archivo, con correspondencia de Manuel Fal Conde, José Ángel Zubiaur, Raimundo de Miguel y otros, donde se mostraba la evidencia de cuál fue el verdadero sentir del carlismo. En una de las cartas, Fal Conde reconocía a Luis García:

«Empecemos por reconocer con gran dolor que la marcha del carlismo oficial es altamente sensible. Si no tiene como razón suprema de ser en el mundo de las ideas la resistencia contra la revolución de cada época, queda reducido a un sentido puramente de opinión o cuando más a un partido de aspiración al poder».

También había conservado innumerable propaganda carlista, boletines y las hemerotecas completas de la primera etapa del semanario ¿Qué pasa? y de la revista Montejurra. Uno de los documentos que custodiaba era su Devocionario del Requeté que fue expuesto hace años en la página carlismo.es. Infatigable en su actividad, tras su jubilación pasó a participar en las labores de su parroquia de los Filipinos, donde frecuentaba «Vida ascendente». Con la muerte de Luis García Martínez ha desaparecido el último requeté de Valladolid. Era, en el buen sentido de la palabra, bueno. Se ruega una oración por su alma.

Montejurra de 1965 (Luis García Martínez es el tercero por la derecha, tras el abanderado)

Agencia FARO