Las entradas folklóricas de Bolivia (y III)

Este es el espectro que atrapa a una gran parte de bolivianos pintando la imagen de que es la máxima riqueza que tenemos

Participantes en una «elección de ñusta». Foto: El Comercio

Terminamos nuestro análisis a este fenómeno cultural paganizado que se da en Bolivia; esta vez, brindando algunas conclusiones puntuales.

Precios que no se ajustan al bolsillo de un universitario

La entrada universitaria, a pesar de llamarse así, exige precios que van subiendo a cifras que no se adecúan al bolsillo de un universitario, pues en los caporales de la carrera de Ingeniería, el gasto propio es de Bs 700. Eso sin olvidar que el traje es otro costo. Filmación del recorrido, fotos digitales, «combos por fraterno» «videos de los ensayos, preentrada y entrada», «elecciones de ñusta» con grupos en vivo y demás cosas le van dando nueva esencia a la entrada universitaria.

Si bien los devotos se emborrachan bajo pretexto de una figura religiosa, en la entrada universitaria es bajo pretexto de la condición universitaria o en homenaje a la lucha universitaria y, claro, para recuperar o preservar nuestro folklore.

El 2015, la guardia municipal de La Paz decomisó aproximadamente 12 toneladas de bebidas alcohólicas solo durante la pre entrada universitaria. Si bien este es un dato pasado, no se ve una mejora en el consumo excesivo de alcohol. En 2011, un sondeo de opinión que realizó El Diario nos mostró la realidad del consumo de alcohol. El 50% por ciento de los encuestados afirmó que consume alcohol antes y después de la entrada universitaria, un 20% afirmó que lo hace con moderación y un 30 % afirmó que no. De este sondeo podemos ver que el 70% sí se ve ligado al consumo de alcohol. Eso fue el 2011, ¿habrá mejorado la realidad?

La gente se va dando cuenta que la entrada universitaria va perdiendo su esencia de universitaria, pues en 2017, el rector de la UMSA (Universidad Mayor de San Andrés), Waldo Albarracín, salió a la palestra a decir: «No valoran lo que es la entrada en comparación del Gran Poder y otros lados, sí, es la mejor entrada y es a la que más le quieren criticar, ¿por qué no son tan rigurosos con aquellas del carnaval, la fiesta de Oruro en el Gran Poder?, ahí son batallas campales que se arman, pero la prensa no dice nada, pero a la UMSA a como dé lugar la quieren acuchillar».

El rector quizá piensa que, como las otras entradas tienen consecuencias y salen a en los medios de comunicación, entonces no se debería decir nada de la entrada universitaria, y claro, es «universitaria», ¿pero tiene el rector las cifras de cuántos bailarines no son universitarios? Ojalá viera la entrada desde su comienzo a fin, viendo cómo terminan los bailarines, pero el rector también tiene respuesta para esto, pues en la misma entrevista afirmó: «No tenemos la posibilidad de controlar más allá de la desconcentración y eso responde a cada persona mayor de edad, pero al interior se hizo un control riguroso».

Para el rector, la competencia de la UMSA es solo durante la entrada, pero después, que pase lo que pase, la UMSA actúa de Poncio Pilato y se lava las manos. En 2017, la entrada universitaria dejó 4 fallecidos, y si uno pasaba por el sector del estadio Hernando Siles, veía bailarines que a duras penas se paraban, jovencitas en total estado de ebriedad y en las calles fluía la orina y cerveza.

No se puede negar que existen personas que desean bailar sanamente, ya sea por una genuina devoción, o en el caso de los universitarios, por rescatar bailes folklóricos y demostrar la riqueza cultural del país (un reducido porcentaje). Pero al verse todos los excesos, es esta misma gente bienintencionada la que corre peligro por la otra mayoría que si comete excesos. Por eso, no es raro que veamos como consecuencia muertes, robos, intoxicaciones, peleas y violaciones.

También debemos preguntarnos: ¿cuánto dinero invierte la cervecería y cuanta ganancia obtiene? pues es una de las principales auspiciadoras que está en todas las entradas nombradas. En el caso de la entrada universitaria, la Alcaldía ordenó en 2019 solo comercializar cerveza y prohibir las demás bebidas.

Este es el espectro que atrapa a una gran parte de bolivianos pintando la imagen de que es la máxima riqueza que tenemos. Son las demostraciones folklóricas, potenciando solo ese canal. Casi lo mismo pasa con el deporte, pues solo se potencia el fútbol y no se incentiva los demás deportes. Este espectro nos impide analizar las consecuencias de todo lo que traen las entradas folklóricas y lo que nos dice de nuestra sociedad actual, pues si bien nos quejamos de que no tenemos dinero o que el dinero no alcanza, sí lo tenemos para bailar: solo basta mirar a los del Gran Poder o el carnaval, los montos que gastan o los universitarios.

Bailar en Bolivia se está volviendo un lujo que va distorsionando el aspecto positivo del folklore, y nos estanca en una realidad en la que podemos afirmar que nuestro folklore está impidiendo nuestro avance como sociedad.

Miles Christi, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.

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