En memoria de Hernando Sanabria Fernández

MANTUVO UNA LÍNEA DE PENSAMIENTO FAVORABLE HACIA EL LEGADO HISPÁNICO EN LAS INDIAS

Hernando Sanabria Fernández. Secretaría Municipal de Cultura y Turismo de Santa Cruz

Un día como hoy, 10 de agosto de 1986, falleció el historiador boliviano Hernando Sanabria Fernández en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Nació en la ciudad de Vallegrande el 12 de diciembre de 1912 y sus aportes intelectuales son dignos de ser rescatados.

Abogado, poeta, periodista, profesor, historiador, geógrafo y ensayista, ejerció funciones de Consejero Cultural en la embajada de Bolivia en España. Fue miembro de instituciones culturales, locales, nacionales e internacionales de relevancia, como el Comité Pro Santa Cruz, la Casa de la Cultura, la Academia de la Historia y la Academia de la Lengua. Algunas de las condecoraciones que recibió fueron: la Medalla Nacional de Cultura, la Orden Boliviana de la Educación, la Orden Española del Mérito Civil y el Cóndor de los Andes.

Sanabria publicó 50 libros y más de 250 textos breves, entre ellos artículos y ensayos. Comenzó en 1942 con Bosquejo de la contribución de Santa Cruz a la formación de nacionalidad. Más adelante, continuó con otras obras hoy reconocidas sobre todo en el oriente boliviano: El habla popular de Santa Cruz, Cancionero popular de Vallegrande, Crónica sumaria de los gobernadores de Santa Cruz y El idioma guaraní en Bolivia, entre otras. En homenaje a su contribución, hoy la Casa de la Cultura de Vallegrande lleva su nombre.

Sanabria mantuvo una línea de pensamiento favorable hacia el legado hispánico en las Indias, y mostróse, podríamos decir, «revisionista» con algunos aspectos de la secesión revolucionaria de 1825. Basta destacar dos de sus obras, muy exquisitas en contenido y verdaderas joyas en medio de tanta repetición de leyendas negras: hablamos de Cristóbal de Mendoza: apóstol de los guaraníes (1976) y Breve historia de Santa Cruz (1979).

En el primer caso, se trata de la biografía del sacerdote cruceño Cristóbal de Mendoza, evangelizador en las reducciones jesuíticas al sur del actual Brasil. En varias partes del libro, resultan notables los juicios generales de Sanabria sobre la conquista y evangelización de las Indias:

«Si admirable es la actividad de los jesuitas en la tarea de conquista a los indígenas hasta congregarlos en pueblos y aldeas, más admirable es aún la organización que supieron darles, el régimen bajo el cual dispusieron el desarrollo social de esos núcleos de civilización por Cristo. Únicamente ese régimen de disciplina y austeridad, desprendido del contexto de la regla ignaciana, pudo hacer que millares de autóctonos abandonasen la floresta nativa y admitiesen una nueva forma de existencia».

Por otro lado, en Breve historia de Santa Cruz, Sanabria manifiesta cierto cuestionamiento a la Revolución Altoperuana:

«Preciso es convenir en que la llamada “Guerra de la Independencia” no fue la arrebatada colisión entre españoles y americanos, en la que con depurado idealismo lucharon los unos por conseguir la libertad de su tierra, mientras con bárbara sinrazón se obstinaban los otros en mantenerla sojuzgada. Tal es la versión simplista y corriente de nuestras historias convencionales, pero no la que traduce con justicia y rectitud la realidad de los hechos».

Como cereza del pastel, veamos qué revela Sanabria sobre el idolatrado guerrillero revolucionario Ignacio Warnes, tenido como héroe por la historiografía convencional de Santa Cruz:

«Fue él quien trajo la novedad de llamar “patriotas” a los rebeldes criollos, dejando el de “realistas” a los partidarios de mantenerse debajo de la autoridad del rey hispano. Pero apenas llegado [Warnes] hubo de adquirir noción de que las cosas no andaban en Santa Cruz del modo que cuadraba a sus ideas».

Seguro que existe más material interesante que podemos descubrir y exponer de este gran historiador. Como pocos, Sanabria tuvo la valentía de relatar algunas cosas tal cual eran sin miedo a represalias violentas, como las que sufrieron los historiadores José de Mesa y Teresa Gisbert, expulsados de la universidad pública de La Paz por favorecer a la hispanidad en sus libros; pero de eso hablaremos en otra ocasión.

Lucas Salvatierra, Círculo Tradicionalista San Juan Bautista.

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