Miguel Ayuso en la Academia del Plata

MÁS DE CIENTO CINCUENTA PERSONAS DE DISTINTAS SIGNIFICACIONES LLENARON LA SALA

Imagen del salón de actos y los conferenciantes al fondo
El profesor Ayuso (centro) con los veteranos, Tte. Coronel Nani (R) a la izquierda y el Mayor (R) Juan José Gómez Centurión a la derecha.

El profesor Miguel Ayuso, presidente del Consejo de Estudios Hispánicos Felipe II, ha sido recibido en la Academia del Plata de Buenos Aires como académico correspondiente en Madrid durante la sesión pública celebrada en el salón de actos del Colegio San Pablo el pasado día ocho de agosto. El presidente de la Academia, Gerardo Palacios Hardy, dio la palabra el profesor Bernardino Montejano, presidente del Instituto de Filosofía Práctica de Buenos Aires, quien hizo una original laudatio del recipiendario, basada en las amistades compartidas y no compartidas. A continuación, el profesor Miguel Ayuso disertó sobre «La situación política, social, cultural y eclesiástica del Occidente», tema que le había sido solicitado por la Academia.

Comenzó agradeciendo el honor y las amistosas palabras del profesor Montejano, para –seguidamente– precisar el sentido del término Occidente y definir la coyuntura presente como la de la «pos-posmodernidad». Respecto del primero observó su equivocidad, ya que significa a veces la civilización cristiana occidental y otras su desnaturalización por el sistema ilustrado (sobre todo) de matriz estadounidense. En cuanto a la segunda hizo notar que la posmodernidad no sólo es posterior a la modernidad (una suerte de tardomodernidad), sino que está marcada por una relación dialéctica multipolar con ella (hipermodernidad, modernidad decadente y, parcialmente, antimodernidad incluso), que en nuestros días se ha visto de modo progresivo encaminada a la pura disolución nihilista. A partir de este esquema se centró en cinco temas: el aprisionamiento del Estado-nación entre el federalismo funcionalista supranacional así como los separatismos y los indigenismos; la disolución de la sociedad orgánica y su sustitución por la sociedad civil americanizada del business; el liberalismo colectivista como matriz ideológico-estructural; las metamorfosis de la democracia oscilantes entre la partitocracia, la tecnocracia o el populismo; y finalmente las tribulaciones de la comunidad en el piélago del pluralismo y la laicidad.

Todo ello lleno de referencias a la demografía, la economía o la geopolítica. Y, sobre todo, a distintas obras de la literatura política más reciente (aparecieron, así, los nombres de Fforde, Deneen o Delsol) al lado de otros ya clásicos (como los de Friedrich, Molnar o Böckenförde). 

Imagen de un aspecto del auditorio en la Academia del Plata, Buenos Aires

Más de ciento cincuenta personas de distintas significaciones llenaron la sala. Así los ex-decanos de Derecho de la Universidad Católica Argentina Eduardo Ventura y Daniel Herrera, los ex-presidentes de la Corporación de Abogados Católicos Eduardo Quintana y Alberto Solanet, el ex-decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica Argentina Ludovico Videla, el director del Centro de Derecho Constitucional de la Universidad Católica Argentina Roberto Punte,  el académico de la Historia Horacio Sanchez de Loria, el almirante Basilio Pertiné, el coronel auditor Pedro Coviello, el combatiente de Malvinas y ex-candidato presidencial Juan José Gómez Centurión, el teniente coronel retirado Emilio Guillermo Nani, veterano de las Malvinas y participante en la acción antiterrorista en la Tablada, el padre Cavaller, el abogado de Justicia y Concordia Emilio Hardoy, los abogados y defensores de las víctimas del terrorismo Francisco García Santillán y José Sacheri, la activista pro-vida Mónica del Río, el politólogo Luis María Bandieri, el presidente del Centro de Estudios Cruz del Sur, Segundo Carafí, el genealogista Francisco Susmel, el directivo de la Hermandad de Nuestra Señora de las Pampas Juan Antonio Vergara del Carril, el vicepresidente de la Hermandad Carlos VII Carlos Ferri, etc. Así como una destacada representación del Círculo Tradicionalista del Río de la Plata, con las familias de Ruschi y de Lezica, Álvaro Luna, Ramiro Sánchez de Cueto y Tarsicio García Gallardo. También un nutrido grupo de jóvenes. Y la familia de Juan Campos Carlés, venida de Mar del Plata, en la estancia de cuyo tatarabuelo se alojó Carlos VII cuando visitó el Río de la Plata. O Alejandro Bunge, anfitrión de las Conversaciones de El Ángelus, que acudió desde La Reja acompañado por alguno de sus hijos. La coincidencia con otros actos esa tarde impidió finalmente hacerse presentes a dos docenas más de amigos, que enviaron su adhesión. Pese a todo, el inmenso salón se llenó y varias personas hubieron de permanecer de pie en los pasillos laterales.

De izquierda a derecha: Don Miguel Ayuso, José Gerardo Palacios Hardy, Presidente de la Academia del Plata y el profesor don Bernardino Montejano.

Cierta maniobra, más bien grotesca, para deslucir el acto, produjo un efecto contrario y sólo se hicieron más palmarias algunas poquísimas ausencias en medio de tan abrumadora asistencia.

El acto, de gran brillantez, puso fin a la estancia del profesor Ayuso en la capital del Plata, que tuvo relevante comienzo con la presentación del libro-homenaje al profesor Juan Fernando Segovia y que dio lugar a distintos encuentros sociales en el Jockey Club, el Círculo de Armas o el Centro Naval. En este último almorzó antes del último acto con el historiador y veterano carlista Bernardo Lozier, en ausencia del habitual tercer comensal en tales almuerzos anuales, el padre Edgardo Albamonte, de la Hermandad de San Pío X, que se encontraba fuera de Buenos Aires. Un momento particularmente grato fue el asado en casa de la familia Rodríguez Giavarini.

Finalmente, en la tarde del día siguiente, nueve de agosto, partió rumbo a Lima.

 

Agencia FARO

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