Fiestas del tiempo de Navidad y Epifanía (I): «Las Rajás» de Galisteo

Al oscurecer del 24 de diciembre los cofrades realizan su recorrido a la luz de las velas y farolillos, abrigados con largas capas oscuras

Galisteo es una localidad situada en Extremadura, que se asienta junto al río Jerte. La silueta de Galisteo recibe al viajero que se le aproxima atravesando los campos fértiles de su entorno, con su muralla de época almohade, construida con rollos y cantos de río. Al entrar en la villa por la Puerta del Rey se pueden contemplar sus casas bajas con dinteles de piedra. Muchas de ellas llevan grabado el año de construcción. Hubo una época en que Galisteo dio nombre a un señorío que agrupaba a Pozuelo de Zarzón, Guijo de Galisteo, Montehermoso y Carcaboso. El Señorío de Galisteo, concedido por Juan II de Castilla, se extendió en el tiempo desde 1229 hasta 1837, año este que coincide fatídicamente con los efectos de la desamortización de Mendizábal.

Este día de Nochebuena, su Cofradía del Niño Dios, fundada a mediados del siglo XVI, entonará por las calles de esta villa amurallada los villancicos que se cantan en una de sus más importantes tradiciones festivas, la que se conoce como «Las Rajás».

Treinta y tres años de edad

Tuvo Jesús, alma mía,

Treinta y tres hermanos tiene

esta santa Cofradía.

Esa estrofa hace referencia al hecho de que la Cofradía del Niño Dios solamente puede tener 33 cofrades, en recuerdo de los años que vivió Jesucristo.

Al oscurecer del 24 de diciembre los cofrades realizan su recorrido a la luz de las velas y farolillos, abrigados con largas capas oscuras, al son de un tambor —que recibe el nombre de «caja»—, de almireces y de castañuelas. Tienen que dar tres vueltas al pueblo pasando delante de todas las casas de sus familias cantando y bailando lo que se ha dado en llamar «Las Rajás», porque deben cumplir el recorrido a «rajatabla», entonando los cantos ancestrales.

Cantemos, bailemos,

Hagamos «Las Rajas»

Que ha nacido el Niño Dios

Esta noche entre las pajas.

(…)

Ya que Dios ha nacido

nadie le ofenda, (bis)

aunque todo el infierno

se venga en guerra.

La actividad de la Cofradía del Santo Niño de Galisteo no finaliza con «Las Rajás» de la Nochebuena. Después de la misa del día de Navidad, a la que acuden todos los cofrades presididos por el Mayordomo, a quien acompaña su mujer que lleva un cesto con una imagen del Niño Jesús sobre su cabeza, la «carantolla» persigue a los niños de la villa, rememorando la persecución que Herodes organizó contra los niños de Belén y contra el Niño Jesús.

Al inicio de la tarde del día de Navidad se representa un antiguo auto sacramental en el que el personaje central es la «carantolla» que actúa como narrador. Se encarga de relatar la historia en la que intervienen los pastores, el diablo, el ángel y la Sagrada Familia. En la representación aparece la mujer del mayordomo, o la mayordoma, llevando al Niño Jesús en la cuna. El auto sacramental termina con un triunfo sobre el mal y el pecado, lo que precisamente augura el nacimiento glorioso en el tiempo del Hijo del Eterno Padre.

Ana Herrero, Margaritas Hispánicas

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