Fiestas del tiempo de Navidad y Epifanía (VII): los langostos de San Vitorián

¡siempre aciertan!

Las celebraciones que expresan las costumbres y la sabiduría de quienes nos han precedido nos preparan otra cita en este tiempo posterior a Epifanía. Para ello, seamos osados como el astuto Ulises y viajemos en los días más crudos del invierno desde las tierras del sur de Castilla hasta las inmediaciones del Monte Perdido, a más de 1000 metros de altitud, en el pirineo aragonés.

Allí vivió y predicó un obispo que vino de la vecina Península Itálica, el Santo Vitorián. En la fala aragonesa se lo llama Santo Beturián. Fue muy querido por los lugareños quienes, años después de su fallecimiento, construyeron un monasterio para venerar sus restos.

Dos langostos verdes. Puntos para el olivo. Foto de O. Martín, Archivo de El Pueyo de Araguás

La fiesta se celebra en el término municipal de Abizanda, que destaca por ser la puerta de acceso a Segorbe y también por su castillo medieval, clave en el sistema defensivo del río Cinca. La historia refiere que en el pasado había 14 Caridades en Abizanda. Recibían ese nombre porque actuaban como un sistema de redistribución de pan y de vino, que las familias más ricas repartían a las más pobres, para ayudarlas a pasar el invierno. En 2024 la única Caridad que queda es la de San Vitorián, el día 12 de enero o, si no es posible, el domingo más cercano; aprovechando la romería popular para honrar al santo, después de la misa en el interior de la ermita tiene lugar la costumbre de los langostos, ya en el exterior, donde se extiende un mantel en el que se depositan hogazas de pan y jarros de vino. Todos los años, sin faltar uno, empiezan a llegar pequeñas langostas… ¡Y siempre aciertan! En función de la cantidad y del color predominante de los langostos, se puede saber cómo serán las cosechas de cereal, de vino y de aceituna. El año que predominan los verdes ya se sabe que saldrá gran cantidad de aceite de las almazaras, pero los lagares y bodegas de vino tendrán poca actividad. Cuando predominan los langostos oscuros, el cereal se llevará la palma. Si es dorado el color de los langostos, la cosecha de uvas no tendrá rival. Se podría decir que, de algún modo, los langostos son la respuesta del Cielo a la caridad de los vecinos

Después de haber contado los langostos y de la bendición del sacerdote, los asistentes reparten las hogazas y finaliza así la jornada festiva, muy provechosa en pronósticos para los habitantes de la comarca.

Ana Herrero, Margaritas Hispánicas

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